resumen: relatos de rob y su esposa tratando de sobrevivir a su embarazo primerizo.
inspiración: qué esperar cuando estás esperando
—¿Amor, qué pasa?— preguntó el castaño al ver a su novia salir con los ojos empañados del clóset.
—Nada me queda. Aumenté otro kilo y creo que está en mí trasero.
—¿Sabes algo? Yo no recuerdo mucho tu anterior trasero—río causando una sonrisa en su esposa.
—Era como este pero mejor.
Robert río y se sacó los zapatos y la camisa para proceder a acostarse sobre su esposa sin lastimarla y poner su peso sobre ella, quitó la remera que tenía puesta dejando ver sus pechos.
—No quiero ir amor, no me entra ningún vestido
Adoraba la idea de tener un bebé con Robert, le encataba la idea de tener un pequeño entre los dos, pero no le gustaba el engordar como vaca.
—Eres hermosa con lo que te pongas, acompañame por favor.
Entró de nuevo al clóset y con ayuda del castaño se puso un vestido blanco con pequeños detalles negros a los costados.
Al llegar al salón donde sería el evento sintió su estómago revolverse por la cantidad de pescado y marisco que allí había.
—¡Rob, mí amigo!
Era Esteban, uno de los amigos del hombre. Hoy cumplía treinta y cinco, cosa que celebraba con esa pomposa fiesta.
—Feliz cumpleaños Esteban, ella es Melanie, mí esposa
-—Un placer ¿Gustan un erizo?— ofreció tomando uno de los tantos de la mesa.
Bajo la cabeza cerrando los ojos. Definitivamente nesecitaba un tacho o un baño para devolver.
—No gracias, con permiso.
Corrió al baño y podía jurar que nunca se sentio tan aliviada.
Al salir abrió su bolso para sacar el brillo labial que se había corrido y al terminar de aplicarlo en sus labios sacó un poco de enjuague bucal que tenía en un pequeño frasco. No le preocupaba el maquillaje ya que no era trasladable.
Escuchó algo caer al piso y notó que era el rimel que había caído de la bolsa; pero al agacharse la tela del vestido se rompió en la zona de su espalda baja.
—Ay por dios.
—¿Amor estás ahí?
—Tenemos que irnos—salió y le sacó el saco para ponérselo ella.
—¿Qué? ¿Por qué?
—En el auto te cuento
En el automóvil explicaste lo que pasó causando un poco de gracia. Terminando la noche de nuevo en su apartamento.
—No puedo creer que se rompió mí vestido, dios estoy horrenda.
Al oír eso Rob cerró la puerta de golpe y la volteó para poner las manos en su espalda y terminar de rasgar la prenda mientras besaba su cuello.
—No estás horrenda nena, te ves tan sexy embarazada—la tomó del trasero para elevarla y que enrosque sus piernas en su cadera.
La llevó al cuarto y la tiró de manera nada gentil sobre la cama para después tirar de sus tobillos para atraer el cuerpo a él.
edición: 18/may/2023
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Robert Pattinson
Randomℙ𝘳𝘦𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘤𝘦𝘴 𝘺 𝘰.𝘴 𝘥𝘦 : ᶜᵉᵈʳⁱᶜ ᵈⁱᵍᵍᵒʳʸ ʳᵒᵇᵉʳᵗ ᵖᵃᵗᵗⁱⁿˢᵒⁿ ᵉᵈʷᵃʳᵈ ᶜᵘˡˡᵉⁿ