Heart ▪ [YM] ▪

two beats

※

-¡Vamos Jimin, tranquilizate! ¡Todo estará bien!.

SeokJin, quien era el hermano mayor de quien intentaba tranquilizar (a Jimin), puso una de sus manos sobre la pierna que brincaba de los nervios mientras estaban a la espera de la persona que los atendería.

Era su último chequeo concurrido y era el definitivo para darle un alta permanente a Jimin.

Llevo una de sus pequeñas manos a su pecho y lo sintio ahi, fuerte y emocionado, su boca se alzó ligero de las esquinas y mordió su labio inferior ocultando una pequeña sonrisa.

Había pasado ya un año y aun no podía con la felicidad de seguir vivo y más que nada, agradecido desde el fondo de su alma, con la persona que había donado su corazón.

Así que quería hacer algo muy especial para los familiares de Jungkook.

Si, Jimin había sido un chico muy insistente y persuasivo con su doctor para conseguir los datos de su donador.

Cuando supo la manera en la que obtuvo su nuevo corazón, lloró por dos razones. La primera por la muerte de Jungkook y la segunda por agradecimiento de darle una nueva oportunidad de vida.

-Buenos dias, ¿Los hice esperar mucho?.

Un chico que no pasaba de los ventinueve, alto, moreno y con adorables hoyuelos al sonreír, saludo los hermanos, concentrando su mirada unos segundos más, en el más grande, quien a su vez le dio una sonrisa timida y asintió en un saludo mudo y respetuoso.

-¡Por usted esperaría toda la vida!- Soltó Jimin risueño- Ahora tengo tiempo de sobra.

Jimin había entablado muy buena relación con su médico de cabecera y aunque Namjoon fuera tan solo 2 años mayor que él, ambos habían creado un vínculo especial gracias al corazón de Jungkook.

El menor sentía que era su modelo a seguir y que incluso deseaba estudiar alguna carrera relacionada con la medicina, pero Jimin era muy temeroso con las agujas y ver sangre le daba náuseas.

Namjoon soltó su adorable sonrisa de hoyuelos en ambas mejillas y Jimin se sintió mucho más inspirado a idolatrarlo en secreto. Simplemente creía que el doctor Kim era la persona más genial que había conocido.

-Cualquiera que te escuché diría que me estás coqueteando, Jimin…- Soltó Namjoon acomodando un par de aparatos cerca de la camilla donde Jimin lo esperaba, la bata le había caído de un hombro y la piel al descubierto brillaba ante los pequeños rayos de sol que lograban colarse por la ventana.

-No veo que sea un problema...- las pestañas de Jimin aletearon coquetamente y Jin, su hermano escondió su sonrisa tras su mano.

Jimin era un chico de mente muy abierta y sencillamente no se consideraba en alguna de las clasificaciones sexuales que abundaban ahora.

El estaba seguro que sin importar género, religión o raza, lo que podía hacer que se enamore perdidamente era la personalidad del ser humano. Para él, no había cosa más bella que una persona hermosa interiormente.

A lo largo de sus cortos 26 años y pasar la mayoría del tiempo hospitalizado debido a su insuficiencia cardíaca, le permitió conocer de todo tipo de personas.

Estaban los altruistas humanitarios, los religiosos devotos, los políticos hipócritas, los familiares condescendientes, los desconocidos curiosos y la gente extraña de buen corazón. Y en esta categoría entraba Jungkook, por supuesto y su hermoso hermano, Jin.