fifteen beats

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Dedicado a: Gumi_Park02












































Muchas de las veces, es mejor guardarse unas cosas, en otras ocasiones, es mejor hablar con la verdad, aunque ésta duela, aunque sea cruda, aunque hiera y lastime, pero a final de cuentas, la verdad hace libres a las personas, para bien o para mal.

Ese día, después de varios meses de mucho amor al lado de Jimin, de ser tan feliz cómo nunca se lo imaginó de nuevo, por fin tendría el valor de hablar de Jungkook con él, de decirle que su hijo no estaba lejos ni con su madre.

Yoongi dio un trago duro de saliva y su garganta dolió un poco. Los ojos se le cristalizaron y el oso de peluche que sostenía en sus manos se volvió borroso debido a las lágrimas que llenaron sus ojos y huyeron acariciando sus pálidas mejillas.

Retomaría también la búsqueda y el encuentro con la persona más importante, el trasplantado del corazón de su hijo, pero esta vez, no quería ir solo, no podría ir solo porque creía que no podría soportar estar delante del corazón de su hijo, sin romper en llanto, sin sujetarse de una mano que le brinde fuerza para no caer de rodillas.

¿Cómo sería la persona que tuviera el corazón de Jungkook? ¿Sería un adulto? ¿Una madre? Oh quiza ¿otro adolecente cómo su muchacho?.

Suspiro el hombre sentado al borde de su cama, con lágrimas interminables aun huyendo de sus ojos, encorbado con los brazos sobre sus rodillas, acariciando entre sus manos al osito cafe con la leyenda: "el mejor papá", brillando entre la luz media de su habitación.

Estaba solo y la casa estaba hundida en un trémulo silencio.

Eso lo hizo extrañar mucho a Jungkook, su muchachito revoltoso que no podía estar silencioso y calmado. JK era un torbellino que arrasaba todo a su paso desde que entraba por la puerta de la casa y eso lo llevó a ir a su habitación, la cual estaba con llave y agradeció en silencio, porque se habría quebrado ahí mismo de nuevo.

Desde la llegada de Jimin a su vida, no pensar en Jungkook cómo un mal momento, le dio un poco más de fuerza y felicidad.

Jimin había sido ese abrazo de la vida que lo había consolado aun cuando la partida de su hijo estaba fresca y que, aunque hubiera pasado un año, Yoongi sentía que apenas habían pasado unos días; pero Jimin llegó y sus días fueron más brillantes, fueron más alegres y no eran tan vacíos, junto con las demás personas con los órganos de su hijo.

Nunca le diría a Taehyung, pero estaba agradecido de seguir viviendo esa etapa en la que Jungkook se había ido tan precipitadamente y el corazón de Yoongi se sintió orgulloso cuando Johnny le envió una invitación para su graduación.

Esas cosas le hacían sentir que Jungkook nunca lo había dejado, que seguía a su lado y que, indirectamente le estaba haciendo vivir cómo un padre aun.

Los labios de Yoongi temblaron y una de sus manos que había acariciado la pancita del osito con el pulgar fue hacía la manita del muñeco que decía: "push here".

¡Badum - badum! ¡Badum - badum!

Ahí estaban de nuevo los latidos del corazón de su muchacho, retumbando por toda la habitación.

Y entonces las lágrimas corrieron en abundancia y sin detenerse hasta caer sobre su ropa o el suelo.

¡Badum - badum! ¡Badum - badum!

Heart ▪ [YM] ▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora