twelve beats

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La lluvia no había cesado, pero había bajado la intensidad con la que había empezado.

Dentro de aquella habitación, solo podía escucharse el picoteo incesante de la lluvia golpeando el techo y las ventanas, acompañado de un par de respiraciones tranquilas, que provenian exactamente de la sala, del sillón blanco de gamuza, donde había un par de cuerpos, semi desnudos reposando y dándose calor.

Jimin estaba sobre Yoongi a horcajadas, con su delgado cuerpo totalmente recostado sobre su pecho amplio, con sus manitas empuñadas jugando con las costuras de su camisa y de vez en cuando siguiendo la forma de alguno de sus botones con la punta de su dedo índice.

Una manta ligera que siempre tenían a la mano en el sofá de tres piezas, cubría su cuerpo, ya que, había quedado la costumbre de tenerla a la mano porque Jimin, la mayoría del tiempo estaba muy cansado para ir a la habitación y recostarse allá, así que se quedaba dormido en el sillón y Jin terminaba por taparlo.

Estaba en un debate interno, se encontraba realmente feliz y satisfecho porque estaba sobre los brazos de Yoongi, sonrió sintiendo cómo una de las manos del pelinegro lo acariciaba dulcemente sobre la espalda y su corazón revoloteo alegre al escuchar el de Yoongi, porque prácticamente tenía su oreja pegada en su pecho, escuchando el “Badum-badum” del mayor; y satisfecho porque había dado un paso muy significativo e íntimo con el hombre.

Jimin, definitivamente no era de los que se acostaba con cualquiera para quemar sus ganas, vamos, ya había quedado claro que tenía una vida sexual casi inexistente por su padecimiento cardíaco, pero tampoco era un puritano. Era cómo cualquier ser humano con deseos y “necesidades”... y hombre, que significaba ser más “carnal” que una mujer.

Pero Jimin también se encontraba avergonzado y temeroso.

Le avergonzaba el hecho de que se había dejado llevar por su deseo, por su necesidad y había empujado a Yoongi a intimar, aunque, siendo sinceros, Yoongi no se le resistió tanto y cooperó de manera muy satisfactoria, pero...volvia a lo mismo, Yoongi era hombre al igual que el y cuando a los machos se les calentaba la sangre, era inevitable poder negar la tentación de la lujuria.

Aunque la verdadera vergüenza había sido su precoz orgasmo.











Jimin había estado tan caliente que solo le bastaron unos cuantos roces del miembro de Yoongi sobre sus nalgas que le fue inevitable venirse sobre su estómago.

Apenas había tenido el tiempo necesario para deshacerse de sus pantalones ajustados y Yoongi bajar un poco el suyo y sacar su pene cuando se montó en él de nuevo y sintió su carne dura y caliente sobre su trasero.

El menor gimió echando su cabeza hacía atrás y se restregó duro sobre la entrepierna de Yoongi.

-¡Dios, se siente tan bien!- Sentenció Jimin al sentir las manos de Yoongi abrir sus nalgas y acomodar su pene para crear aquel roce caliente.

Volvió a gemir cuando una de las manos del mayor comenzó a masturbarlo

-¡Hyung~~!

No aguantaría mucho si Yoongi seguía así, Jimin no recordaba cuándo fue la última vez que se sintió así de caliente y excitado, ni cuando fue la última vez cuando se tocó y definitivamente, no había comparación, cuando alguien más hacía el trabajo manual.

Heart ▪ [YM] ▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora