Heart ▪ [YM] ▪

tweny beats

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Había muchas cosas que Min Yoongi disfrutaba, entre ellas, estaban las tardes tranquilas, una buena taza de café, el cantar de los pajarillos por la mañana y los días lluviosos, cómo las hojas caían de los árboles en otoño y cuando fue padre, las mañanas se volvieron revoltosas con su pequeño saltando a su cama, despertando y entonces, amo mucho la risa de su pequeño Jungkook y la lista de placeres creció a su lado, cómo los paseos por el parque, comer brochetas de cordero, jugar en la lluvia y cuando, al día siguiente, después de estar despiertos toda la noche viendo películas, despertaban uno al lado del otro, con el sol acariciando cálidamente sus rostros.

Justo cómo en este momento.

Los rayos del sol se colaban llenando la habitación de luz y las cortinas de la ventana entreabierta, se movían ligeramente al paso del viento.

Ser tocado por el sol, siempre fue algo que le gusto mucho a Yoongi y más cuando despertaba por las mañanas, con Jimin cuando se unió a su vida.

Los párpados de Yoongi temblaron indecisos de abrirse o no para ver el cuadro de tranquilidad y paz, junto de hermosura y cabellos revueltos que Jimin resultaba por las mañanas a su lado.

Parpadeo con la luz calando sus ojos y sus pestañas pequeñas y tupidas tocando sus mejillas en una caricia suave. Sentía los ojos pesados e hinchados.

Su memoria volvia a su presente y sintio el cuerpo entumido y un dolor de cabeza.

Abrió los ojos y aun que la vista era relajante y silenciosa, le parecio triste y solitaria.

No estaba Jimin a su lado, solo la ventana con la luz del sol inundando la habiatacion llena cómo una cascada, con rayos iridiscentes y su cama vacía.

Los labios le temblaron y sus ojos felinos, hinchados y pesados se llenaron en un segundo de lágrimas.

Lo extrañaba terriblemente.

Pero recordó el motivo de su ausencia y soltó un sollozo girándose en la cama, quedando boca arriba y tapando sus ojos con un brazo.

Las lagrimas fluian en hilos interminables, mojando sus orejas a cada lado y los labios se distorsionaban en muecas tristes.

Dentro de su cabeza, era una pelicula interminable con la imagen de Jimin girandose, con los ojos vidriosos, sosteniendo el oso de peluche y los latidos de Jungkook resonando en la habitación.

¿Cómo era posible que precisamente Jimin tuviera el corazón de su hijo? 

Jungkook era su hijo, carne de su carne y sangre de su carne y el hecho de que su corazón residiera en el cuerpo de Jimin, lo hacía sentir raro o sucio, no sabía cómo expresar ese sentir, era turbio y le devanaba los sesos un millón de veces.

Se sentía culpable, mal e incorrecto.

Después del shock de descubrir que Jimin era el portador del corazón de su hijo, de sentirse traicionado por no saber la verdad hasta ese punto, se sintió culpable en muchos sentidos.

Culpable por gustar de Jimin, por tener sentimientos por el, por olvidar que fue padre, por dejar de sentir dolor ante la pérdida de Jungkook, por olvidarlo.

Se giró de nuevo sobre la cama y se hizo ovillo abrazando sus piernas, llorando en silencio.

Los extrañaba a los dos. Demasiado.

Se sentía tan mal, su corazón también estaba sufriendo.

La puerta de su cuarto se abrió y le importó menos, quién era, aunque ya sabía de quién se trataba.