Dante, un chico sordo que ha tenido que enfrentar toda su vida las burlas y las penurias de ser diferente; Joe, un chico que aparentemente tiene todo, más nadie conoce a los demonios que lo atormentan y un accidente que encontrará sus caminos provoc...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tony estaba ayudando a Dante con matemáticas pues era la materia que menos le gustaba y por lo cual, tenía problemas. Habían pasado varios días desde que Joe se había ido. Tomaron un descanso Tony practicó un poco su lengua de señas que no era tan bueno como el de Joe.
—¿Qué? —gritó Tony cuándo le dijo que fue arrollado.
Dante le hizo unas señas como restándole importancia al accidente.
«Ella buscará beca. Para sordos. Seré chef».
«¿Cómo era ella?».
Dante le narró con un poco de más detalles y le describió a la chica. A Tony le parecía extraño por la descripción le parecía que estaba hablando de Estíbaliz, pero eso no podía ser ella no conocía directamente al chico mucho menos donde vivía. A parte Estíbaliz traía el pelo rubio no pelirrojo, pero para estar más seguro mientras Dante le daba detalles le envió un mensaje a Joe preguntando de qué color tenía Estíbaliz el pelo, cuando le hubo respondido que rubio se sintió un poco más tranquilo y luego algo paranoico al respecto. Ella no sería... ¿o sí?
Dante le hacía una seña en la cara, Tony se había quedado pensativo.
«Cansado» le respondió cuando le preguntó.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LLa mañana transcurrió con normalidad relativa. Tony le había dicho a Dante que Joe regresaría pronto y eso lo tenía de muy buen humor, dándole la fortaleza para soportar los abusos en el colegio, nada importaba si Joe estaría con él muy pronto. También se sentía feliz porque en unos meses terminaría el colegio y ya no tendría que soportar más a los idiotas de siempre, además ahora tendría la oportunidad de ser algo. Iría a la escuela de cocina. Ya había pasado una semana desde la visita de Ana, moría de ganas de contárselo todo a Joe.
