Custodiado por Rik y Diaco, Andrej llegó hasta las caballerizas. Aun podían verse algunas estrellas en el cielo, apenas comenzaba a clarear.
Los caballos estaban listos para iniciar la marcha y en una carreta el cuerpo inconsciente de Grover había sido acomodado entre sacos y cajas, el príncipe ignoraba que contenían, supuso que era el botín que habían saqueado del Whirlwin. Diaco se acercó para examinar al soldado.
Rik llevó a Andrej hasta un corcel mediano y le ordenó subir. Nuevamente su cuerpo le recordaba que no estaba en condiciones de montar, pero no tenía otra opción. Una vez que estuvo sobre su montura, le ataron las manos y las riendas fueron amarradas al corcel de Diaco.
—Simple precaución —explicó Liann al pasar a su lado montada en un hermoso animal piel canela.
—Y resulta que yo seré tu niñera –comentó Diaco con fastidio.
—Carcelero, querrás decir.
—Escuchaste bien, dije niñera.
¿Por quién lo tomaban? ¿Por un indefenso príncipe que no sabe sobrevivir en medio de la nada? Ya les enseñaría que Andrej Castjil tenía sus trucos bajo la manga.
Se adentraron en la selva, tomando veredas por donde Andrej dudaba que podrían pasar. El recorrido le demostraba su poca experiencia en excursiones a campo traviesa. Conocía el territorio de Telarea sólo por los mapas y nunca se había interesado por conocer más allá de los bosques que rodeaban el palacio. Cuando su padre lo invitaba para acompañarlo en algún recorrido, él declinaba la invitación con cualquier pretexto.
Jonna iba a la vanguardia y cabalgaba con destreza entre la vegetación, mientras Uber conducía la carreta donde Grover se debatía entre la vida y la muerte. De vez en cuando, Andrej le dirigía una mirada preocupada. Diaco le había asegurado que sobreviviría al viaje por muy complicado que se pareciera. Debía ser paciente pues cuando llegaran a su destino se encontrarían con una persona que lo ayudaría.
Tal y como había anunciado Rik, sólo los acompañó una parte del trayecto.
—No soy el único que te mataría si intentas alguna locura —fue su última advertencia antes de regresar a la casona.
Andrej había dejado los planes alocados por la paz. Lo importante era conseguir la ayuda para Grover y de paso descubrir un par de secretos.
La humedad y el calor hacían la travesía cansada, a pesar que Andrej había dejado su casaca y vestía una camisola delgada, la sensación térmica era insoportable. Su piel comenzaba a ponerse roja y ardía, aunado a la comezón que los piquetes de insectos le ocasionaban. La ropa comenzaba a pegársele al cuerpo y las botas le pesaban; sin embargo, los piratas no parecían sufrir incomodidades.
Detuvieron su andar junto a un pequeño riachuelo.
—¿Aquí es donde ayudarán a Grover? —preguntó Andrej.
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Rosas del mar
ActionDurante su regreso a Telarea, el príncipe Andrej y su prometida, Lady Rheena, son secuestrados por un grupo de piratas liderados por la astuta Liann. La vida de Andrej dará un giro al convivir con los bandidos, se topará con desafíos y nuevas experi...