Andrej debía aceptar que comenzaba a adaptarse a la vida en la casona. Lejos de ser una tortura, lo podría considerar una ventana a la vida más allá de su palacio, si no fuera porque su libertad era limitada.
Los piratas se comportaban como una gran familia, un ejemplo de hermandad. Aprendió a observarlos, así pudo notar que los más inquietos eran Jonna y Tulio —uno era la sombra del otro y rara vez les veía separados. Sus acciones aligeraba el ambiente y, la mayoría de las veces, sus bromas tenían un objetivo particular: molestar al cocinero del grupo. Había ocasiones que Andrej se descubría sonriendo ante alguno de sus comentarios, gesto que intentaba disimular. No quería que alguien más lo viera.
Aunque las burlas hacia su comportamiento habían disminuido, no dejaban de señalar su falta de experiencia en tareas tan básicas como fregar los platos. Daba gracias a que fueran de madera, porque de lo contrario, habría acabado con una vajilla entera. Uber no tuvo reparo en echárselo en cara y lo amenazó con dejarlo sin comer si volvía a tirar un solo traste. Jamás había recibido una llamada de atención como aquella. Verse privado de los platillos del cocinero funcionó y Andrej ponía más atención a lo que hacía.
Resultaba irónico que alguien detrás de una apariencia intimidante como la de Uber, se escondiera un magnífico cocinero. Una habilidad que compartía con su hermana menor. Uber y Charla eran copias idénticas de Nedráh: uno la imitaba en el sazón; la otra, en el carácter. Esa menuda chiquilla tenía el respeto de todos en la casona, si alguno osaba cometer bribonadas durante las comidas, se ganaban uno que otro cucharazo.
De primera intención, nunca hubiera adivinado que Uber y Charla fueran hermanos de Thanis. Sólo ahora, que los conocía mejor podía notar su parentesco. Andrej intuyó que Thanis se parecía más a su padre —quien tenía años de haber fallecido—, aunque los tres compartían un algunos rasgos físicos, la personalidad de aquel contrastaba con la de sus hermanos menores. Dónde ellos armaban alborotos, él mantenía una actitud serena.
El príncipe también fue testigo de más duelos matutinos —una especie de entrenamiento, aunque más salvaje—, donde pudo corroborar que los hombres más fuertes del grupo eran, sin duda, Thanis y Cícero. Este último, el más callado de toda la tripulación. Pocas veces lo escuchaba participar en una conversación, prefería mantenerse alejado. Parecía vivir en un mundo a parte, perdido en un mar de pensamientos, aunque una vez lo descubrió tallando trozos de madera que convertía en pequeñas figuritas. Cícero fue el único que jamás se burló de Andrej, ni siquiera le hablaba y cuando llegaban a coincidir, simplemente lo ignoraba. Al menos le agradecía su silencio.
Y de todos ellos, quien más le intrigaba era Diaco. Durante sus curaciones, Andrej intentó conversar con él, pero lo único que obtenía eran respuestas monosilábicas. No podía sacar de su cabeza la imagen del sanador en la habitación de Liann, entre ambos había un aire de complicidad silenciosa que no compartían con ningún otro, excepto, tal vez y por obvias razones, con Rik. Una vez que sus heridas estuvieron casi curadas, las visitas de Diaco terminaron y su oportunidad descubrir que clase de relación tenía con la capitana —más allá de simple subordinado— desapareció. A pesar de ese recelo, debía reconocer que si Grover aguantó tanto tiempo, fue gracias a su intervención.
Si él no fuera príncipe de Telarea, si ellos no fueran sus captores, ¿podría llamarlos amigos? ¿Podría vivir en una isla alejada del continente, de su realidad? Una respuesta afirmativa lo tentaba. ¿Debía hacerlo? Ahí es donde el 'no' eclipsaba sus dudas. Desde su nacimiento, su destino había sido trazado y no podía borrarlo por un capricho. Además de sus padres, mucha gente tenía grandes expectativas en él. Fue educado para ser rey, no para disfrutar de una vida mundana y simple.
En su cúmulo de obligaciones también figuraba Lira, a quien debía salvar por... ¿amor o compromiso? La respuesta a esa pregunta seguía sin estar clara, sobre todo después de haber compartido con Liann aquel beso.
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Rosas del mar
ActionDurante su regreso a Telarea, el príncipe Andrej y su prometida, Lady Rheena, son secuestrados por un grupo de piratas liderados por la astuta Liann. La vida de Andrej dará un giro al convivir con los bandidos, se topará con desafíos y nuevas experi...