Habían pasado un par de días desde su regreso a la casona. Liann le había concedido a Andrej un poco de libertad de movimiento, podía explorar los pasillos sin mayores restricciones aunque sabía que siempre estaba vigilado. Al menos, caminar si ataduras era mejor que estar encerrado entre cuatro paredes.
La misma conversación que tuvo con Grover la había replicado con Samya, ambos se negaban a permitirle que se enfrentara a esos bandidos, era su deber defenderlo, pero el príncipe necesitaba seguir ganando la confianza de Liann. Al menos, los piratas ya no lo molestaban demasiado y él trataba de ignorarlos, el problema era cuando lo llamaban "niño mimado", un apodo que lo sacaba de quicio.
Esa noche no lograba conciliar el sueño y sus pasos lo llevaron hasta el comedor, tal vez Charla habría dejado algo para picar. Sin embargo, antes de llegar a su destino unas voces lo detuvieron. Provenían de la habitación donde vio a Liann por primera vez, la puerta estaba entreabierta y un haz de luz iluminaba el oscuro pasillo.
—Jamás la había escuchado tan enojada —no reconocía la voz, potente y gruesa.
—Sabes que no es fácil para ella —Diaco contestó—. ¿Dices que la amenazó?
—Más que eso, el capitán no se limita a amenazar y menos con algo así. Llevaba la espada, aquellos gritos son algo que difícilmente podré olvidar, parecía una bestia herida.
—Thanis, el valiente artillero del Rousse, le tiene miedo a los gritos de una muchachita.
—Serás cabrón, sabes que esa falsa rubia no es cualquier muchachita. Rik estuvo a punto de entrar cuando los escuchó, jamás lo había visto tan asustado.
—Liann se está tardando demasiado en acabar con ella. Por ahora estamos resistiendo, pero ¿cuánto más podremos aguantar?
Andrej no quiso seguir escuchando, ese par de comentarios habían sido suficientes para hacerlo enojar. Las palabras muchachita y rubia sólo podían hacer referencia a una persona: su prometida. Liann le prometió que no le pasaría nada y por la conversación de los piratas intuyó que su capitán había hecho algo terrible contra su indefensa mujer. ¡Qué clase de castigo debió inflingirle para hacerla gritar de esa manera! No permitiría que Liann la siguiera lastimando y comenzó una carrera en su búsqueda.
—¿A dónde crees que vas, niño mimado? —Jonna le cerró el paso.
—¡Dónde está tu capitán!
—No son horas de visita —detrás del pelirrojo venía Tulio quien le dirigió una mirada poco amistosa.
—¡Crees que eso me importa!
Intentó pasar entre los dos piratas, pero Jonna le volvió a cortar el paso y lo acorraló contra la pared. Andrej le respondió con un derechazo que conectó con su mejilla. El bandido retrocedió un par de pasos, oportunidad que el príncipe quiso aprovechar para escabullirse; sin embargo, Tulio ya lo esperaba con sus dagas en ambas manos.
—Es mío. —Jonna se limpió un hilillo de sangre con el dorso de la mano—.
—No les tengo miedo.
Andrej trató de buscar un objeto para defenderse, pero el pasillo estaba libre.
—¿Qué está pasando?
—¡A ti te buscaba!
Andrej se giró para dirigirse hacia Liann, quien apareció a sus espaldas. Venía acompañada de su gemelo. Éste, al darse cuenta de las intensiones del príncipe, fue más rápido y con un brazo lo volvió a acorralar contra la pared, impidiendo que se acercara al capitán. Sabía que luchar contra Rik era una batalla perdida, lo superaba en altura y fuerza —el dolor en las costillas se lo recordó— ni siquiera hizo el intento por resistirse.
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Rosas del mar
ActionDurante su regreso a Telarea, el príncipe Andrej y su prometida, Lady Rheena, son secuestrados por un grupo de piratas liderados por la astuta Liann. La vida de Andrej dará un giro al convivir con los bandidos, se topará con desafíos y nuevas experi...