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Sabía que encontrarme a Soobin en las afueras de la escuela no era coincidencia.

No sabía cómo, pero siempre mis ojos terminaban sobre él, mi presencia terminaba coexistiendo con la suya; de alguna forma siempre terminaba pensando en él. Desde el momento en el que lo vi entrar por esa puerta.

Estaba a una calle de distancia. De pie, sus manos aferradas a su mochila negra, su postura tan perfecta como siempre. Pero no estaba solo.

Estaba hablando con Chanmin, un compañero de clase, o el chico con el que Soobin se hablaba más de la escuela.

Chanmin era irritantemente social, así que, por ser carne fresca y nueva, se acercó y lo atrapó en sus redes; como lo hacía con cada nuevo estudiante.

Sé que no tenía lugar allí, como espectador. Pero por más que fuera insulso que me quedara viendo, lo hice.

Mis pies se negaban a avanzar a otra dirección.

Poco me importó estar en medio de la acera de la avenida, poco me importaron los empujones de la gente, menos me importaron los insultos pidiendo que dejara de estorbar.

Me pareció ver que hablaban de un tema serio, porque Soobin ya no estaba mostrando esa sonrisa tan contagiosa; se le veía tenso.

Algo de lo que dijo pareció sorprender a Chanmin, quien cambio su expresión a una de lástima y se acercó con brusquedad a intentar darle un abrazo.

Soobin le rehuyó.

Se despidió y se fue.

Dejó a Chanmin con los brazos abiertos prácticamente. Honestamente, a mí también me hubiera molestado esa actitud. No escuché ni nada, pero sentía que Soobin tenía razón.

Quise seguirlo como el acosador que era.

Ignoré el reproche interno por la nota y lo seguí.

Un poco espeluznante ahora que lo pienso, pero no sabía cómo saludarlo.

Tal vez con un "hola" hubiera bastado.

Obviamente se dio cuenta de mis pasos tras él.

Se giró y cuando me vio, me sonrió.

Una sonrisa que no le había mostrado a Chanmin, lo cual me hizo sentir bien.

"Hola" me dijo.

Yo le respondí igual.

"¿Me estás siguiendo?" preguntó burlón.

"No seas ridículo" mentí.

"Tranquilo" dijo entre risitas "Sé que vivimos cerca. Señor defensiva".

Hubiera dicho eso.

Era bueno que después lo del abrazo, nada fuera raro.

En mi cabeza seguía el hecho de que rechazó un abrazo de su supuesto amigo, mientras que a mí me dejó consolarlo por quince largos minutos.

"¿En qué piensas que sonríes tanto?" preguntó mientras caminábamos.

"En nada" mordí mi mejilla interna.

Hubo un momento de silencio, pero estuvo lejos de ser incómodo. Cada uno estaba en su mundo.

"¿Te parece si vamos a tomar un café o algo?".

¿Me estaba invitando a salir? Dios, parecía un puberto hormonal enamorado. Ni siquiera éramos amigos y yo ya me emocionaba por cosas así.

Tal vez dejé en evidencia mi desconcierto, porque se corrigió.

"Ya sabes, por comprarme la soda de uva... Te la debía".

"No me gusta nada amargo" comenté con una sonrisa ladina.

Mi sonrisa fue reflejada.

"A mí menos".

REESCRIBIENDO LAS ESTRELLAS [Soojun/Yeonbin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora