El pelinegro había consumido de nuevo y eso la anciana lo sabía.
Sus ojos se humedecieron.
——Hijo... ——Sus arrugadas manos delinearon si rostro con inseguridad. Era doloroso verlo morir.
Había sido un fracaso el día anterior; la única razón por la que él fue de nuevo al barrocal fue porque mientras moría más al ver que todo se desenlazaba de la misma deplorable forma, escuchaba como ella, le aseguraba desesperadamente volver a intentarlo una segunda y última vez.
El pelinegro se sentó en la silla, rascándose la venda en su brazo.
La anciana se preguntaba si había pensado en algo nuevo. Ya no podían usar la misma estrategia de la vez pasada. Tal vez una semana de anticipación era muy poco.
——¿Ha pensado en que hacer esta vez, joven? Recuerde que es la última oportunidad. Los cambios esta vez serían irremediables.
Él apoyo con cansancio su cabeza en un estante cerca y suspiró abatido.
——Necesito que me lleve al primer día.
Ella frunció el ceño. ¿No sería demasiado? Para ese entonces ni siquiera se habrían-
A no ser que...
——Joven, no me diga que...
——Es lo mejor ——Pudo decir con la voz seca y la mirada desenfocada ——. No soportaría ver ese día otra vez. No puedo vivir en dolor. No quiero... ——Su voz se hacía más aguda conforme seguía hablando.
Definitivamente su ya rota alma no podría seguir adelante si no funcionaba. Él lo sabía; eventualmente terminaría en suicidio o muerte por sobredosis. Y él no se merecía eso. Él quería vivir bien, ser profesional ser feliz, vivir su vida...
Pero solo podría hacer eso si es que alguien borraba su memoria o él volviera a su lado.
Él no iba a arriesgarse a sufrir de esa forma otra vez. Era mejor cortar todo desde un inicio.
Él estaba destinado a morir en aquel lugar de todas formas. Lo había comprobado dos veces con sus propios ojos. La segunda oportunidad ni siquiera tenía que ver con él.
Miles de personas mueren al día de diferentes maneras. Pero de todos esos miles: ¿A nosotros que nos importa si es que no estamos relacionados? Nos puede causar un segundo de tristeza, pero, ¿después qué? Si no los conociste, entonces no hay dolor.
Él solo sería uno más y así podría seguir con su vida.
Porque amarlo en soledad dolía demasiado.
Por eso era mejor ahorrarse a sí mismo aquello. Porque salvarlo no pudo.
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REESCRIBIENDO LAS ESTRELLAS [Soojun/Yeonbin]
Fiksi PenggemarYo era un estudiante normal, común y corriente hasta que un día me convertí en el destinatario de unas notas muy raras y sospechosas. ¿Lo más raro de todo? • Ninguna tiene más de tres palabras cada vez. • Todas y cada una de ellas están escritas co...