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No creía que volviera a pasar, lo juro.

No tenía que pasar de nuevo. Maldita sea.

Honestamente yo solo tenía la inocente intención de ver una película juntos.

Habíamos terminado el trabajo de física y ambos estábamos realmente exhaustos, mis padres iban a pasar por mí dentro de una hora. Así que, ¿por qué no?

Era una película de acción; cada uno estaba en un extremo diferente del sillón. Estuvimos viendo la película concentrados, y muy pocas veces Soobin soltaba comentarios acerca de las escenas. Todo normal.

No entiendo cómo terminamos rozando codos, brazos y piernas.

¿Tenía un imán? ¿O que diablos era?

En un momento, me di cuenta de que dejó de ver la película para verme a mí. A pesar de que yo intentaba concentrarme en el diálogo de la película; no pude hacerlo porque sentía su mirada pesada sobre mí. Cada vez más intensa, como si quisiera devorarme.

Giré mi cabeza para enfrentarlo y me asusté un poco al darme cuenta de lo cerca que estaban nuestras cabezas.

Una batalla de miradas que él perdió cuando me atrajo en un beso desde la espalda.

Oh dios, este fue mucho mejor que el primero.

Era mi segundo beso oficial y yo ya me sentía el chico más pervertido del mundo.

Pero toda esa excitación fugó de mi cuerpo cuando me di cuenta de que estaba llorando, aferrándose a la tela que cubría mi espalda.

Se apartó de mí un poco asustado.

Ambos con la respiración hecha un desastre.

——¿Estás bien? ——susurré verdaderamente preocupado, lo cual era nuevo para mí. No solía sentir nada si es que no era Kai.

——Lo siento... ——susurró de vuelta y se separó aun más de mí, sentándose en el sillón. ¿Tal vez arrepentido?

——¿Quieres hablar? ——Él lo necesitaba, pero tal vez no quería.

——No quiero hacerlo... ——masculló con una sonrisa afligida, viéndome a los ojos.

En sus ojos había estrellas. Yo juraba poder contar millones en ese momento.

——¿Me puedes abrazar? ——Me pidió con la voz mucho más aguda; sus ojos llorosos.

No me sorprendió su petición. Soobin necesitaba a alguien y yo quería ser ese alguien.

A regañadientes de lo que mi subconsciente hermético me decía, yo quería eso. A Soobin.

Y no entendía cómo ni por qué.

Yo no lo conocía y el tampoco a mí. Pero tal vez sentíamos lo mismo: esa necesidad de conectar con el otro.

Quise llorar en ese momento. Como si mi alma estuviera torturándome, avisándome, advirtiendo... Pero no pude darme cuenta a tiempo.

Fui hasta donde estaba él y lo abracé, permitiendo que recostara en mi pecho.

——Si necesitas hablar algún día, estoy aquí para ti, ¿sabes? ——dije volteando mi cabeza para verlo desde arriba

——Eso es algo que diría un amigo. ——Acarició mi pecho sonriendo. Nuestros ojos fijos en los contrarios.

——Lo sé. También voy a poner de mi parte. ——Sonreí. Sonreí de verdad.

——Gracias, Yeonjun ——susurró antes de reacomodarse en mi pecho, esta vez más recostado.

——¿Quieres dormir?

——Tal vez ——Soltó en una risita.

——Durmamos entonces.

——Pero tus papás-

Lo callé con un pico.

Ese nuevo Yeonjun, me daba miedo.

Me quedaría con Kai esa noche.

O por lo menos eso les diría a mis padres.

¿Quién eres? ¿Yeonjun?

REESCRIBIENDO LAS ESTRELLAS [Soojun/Yeonbin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora