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Serie: Élite
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No era nada nuevo ver a la pareja en aquel lugar teniendo sus típicos encuentros en la duchas, ignorando las clases que perdían se concentraban en darse amor mutuo, con pequeñas caricias inocentes acompañados con castos besos en sus cuellos, el tiempo parecía detenerse cuando estaban juntos dejándose llevar por el sonido de jadeos y gemidos comprimidos
- Ander - soltando un pequeño sonido mencionó la pelirroja sosteniendo con fuerzas el cuello de su novio sintiendo sus manos recorrer su cuerpo encontrando sus puntos débiles,
Mientras ella le brindaba besos en el cuello sentía las manos del joven Muñoz deslizándose por sus muslos posándose en su trasero donde dio un pequeño apretón jalándola más en su regazo.
- Joder dijo con un suspiró el hombre junto a su lado mientras desabrochaba ágilmente su falda escolar lanzándola a una distancia prudente de ellos, deslizando uno de sus dedos dentro de ella, escuchando los dulces jadeos que salían de su boca en su oído. Al mismo tiempo la primogénita de los Lorenzo acariciaba con cariño el bulto formado en los pantalones del chico, tocándolo lentamente brindándole una apasionada tortura, la temperatura subía al igual que sus caricias, continuando con sus movimientos hasta llegar a la anhelada liberación con gemidos demasiado altos seguramente escuchados por sus compañeros, finalizando con un tierno beso en los labios acomodaron sus prendas quitando cualquier rastro sospechoso de sus cuerpos salieron en diferentes direcciones a sus respectivas clases.
Llegando con pasos acelerados a su salón de literatura tomó asiento Isabella Lorenzo en el lugar disponible a un lado de su buena amiga Lucrecia Montesinos saludando con besos en su mejillas empezaron la última hora del día
- Cariño - escuchó el susurro de Lu a su lado sintiendo unas pequeñas patadas a sus piernas
Girando la cabeza asintió en contestación a su palabra
- Mira Isa hermosa yo no juzgo, sabes que respeto mucho tu actividad sexual linda, pero estoy segura que si Martín ve el gran moretón en tu cuello le entra la duda de que estabas haciendo exactamente en el baño hace unos minutos - terminado sus palabras le dedicó una sonrisa larga para seguir anotando en su libreta.
Isabella sentía como sus mejillas tomaban un color rojizo y como su cuerpo parecía entrar en pánico como reflejo soltó el frágil moño descuidado dejando caer sus rojizos cabellos por todo su cuello ocultando aquella marca en el acto. Pues sabía que si el profesor frente a ella se enteraba de lo ocurrido no solo pasaría vergüenza en las clases si no que su querida suegra estaría al tanto de los actos no tan angélicos que hacían su hijo y su novia en los baños.
