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Serie: Gambito de dama
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Vivir con Benny era bueno pero no increíble.
Lo amo más que a nada, pero su apartamento me estaba volviendo loca. No sabía si era por el ruido que se escuchaba en las noches de los coches en movimiento o si era por la pequeña bañera que estaba en medio de la cocina, o tal vez era el tener un inflable como sala.
Varias pero pequeñas razones por las cuales no me encantaba vivir aquí, pero las cosas buenas lo convertían en más que suficiente. El despertar viendo su hermoso rostro dormido y poder delinearlo con mis manos era mágico, también cuando nos poníamos a bailar canciones románticas en nuestra pequeña sala, o cuando se ponía en modo concentrado cada vez que jugaba ajedrez con sus amigos, guiñando un ojo cada vez que ganaba lo cual era bastante seguido.
Esas y un millón de razones por las cuales estaba perdidamente enamorada de él, pero lo mejor fue cuando el sábado por la mañana me desperté sola en la cama, me levante lentamente mientras tallaba uno de mis ojos por el sueño que aún tenía.
Pero al abrir la puerta me di cuenta de dos cosas, estaba una chica pelirroja sentada en mi mesa con unas maletas a su lado y la segunda era ver a Benny sin camiseta sentado frente a ella, los dos platicaban hasta que notaron mi presencia, por lo que ambos se quedaron callados, la verdad el silencio era bastante incómodo además de que la pelirroja no paraba de escanearme con sus grandes ojos.
—Alanna nena, ella es Beth Harmon y Beth ella es mi Alanna.
Me quede parada en la puerta mientras sentía un pequeño sonrojo aparecer en mis mejillas, no sabía si era por lo bonito que suena mi nombre en sus labios o por la vergüenza de estar solo con una playera enorme de Benny y mi parte baja de ropa interior frente a una extraña.
Con pequeños pasos me acerque ofreciendo mi mano como saludo.
–Un placer Beth
–Igual—dijo soltando mi mano dándome una pequeña sonrisa.
—Beth se va a quedar unos días con nosotros, le ensañare unos trucos para que gane en Paris.—dijo Benny mirándome con cierto temor ante mi reacción, a lo que solo asentí con mi cabeza regresando a la habitación para ponerme ropa más decente, escuchando los pasos de Benny a mi espalda pidiendo una disculpa a Beth.
Los dos entramos a la pequeña habitación mientras buscaba unas prendas, Benny se sentaba mirando mis movimientos desde la cama, estaba pensando si usar el vestido azul o el rojo cuando su voz me sacó de mis pensamientos.
—¿Estás enojada?.—dijo con un tono de pregunta.
–No, ¿por que lo estaría cariño?, solo trajiste a una desconocida a la casa y me la presentaste cuando estaba en ropa interior, pero eso no me molesta tu tranquilo.— dije sin voltear a verlo.
Di un pequeño brinco cundo sentí sus manos rodeando mi cintura y su suave respiración en el espacio de mi cuello.
—Lo siento traté de llamarte para avisarte pero no contestabas y creo que debí decirte antes— mencionó con un pequeño susurro.
Gire sobre mi cuerpo para verlo, tenía unos pequeños cabellos tapándole el rostro y sus labios formaban una pequeña mueca. Sonreí ante la imagen frente a mi, colocando mis manos detrás de su cuello acercándolo a mis labios para darle un suave beso.
–Está bien, supongo que será bueno tener aunque sea otra presencia femenina por aquí.—mencione mirándolo a los ojos.
Benny solo sonrió mientras daba un paso atrás buscando entre sus cosas sacando una pequeña caja aterciopelada.
–Está no era la forma en la que quería decirte que quiero pasar toda mi vida a tu lado, pero supongo que cuando lo sabes lo sabes. ¿Cierto?.
Tomó mi mano, colocándole una sortija con un diamante en el centro en mi dedo anular.
Sentí como soltaba unas pequeñas lágrimas y cómo se formaba una gran sonrisa en mi labios.
—¿Me estas preguntado o estás afirmando?.— dije pues él se veía bastante seguro de mi respuesta, a lo que el sonrió un poco tomando mi cintura, para solo juntar nuestros labios.
