Advertencia chiquita nenes, disfruten.
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— No lo sé cariño, este nuevo director no me da buena espina.
— Nadie nos verá nena. —Sus manos se deslizaban por mi cintura hasta llegar al inicio de mi espalda baja, manoseó con fuerza mis nalgas estrujandolas en sus manos con fiereza.
Podía sentir como corazón bombeaba con mucho velocidad y como la respiración cada vez era más entrecortada. Sus besos recorrían todo mi cuello chupándolo y mordiéndolo sin cuidado, dejando marcas difíciles de ocultar.
—Dios, te deseo tanto.
Recorrimos todos los baños hasta llegar a las duchas, donde me estampo con fuerza dejando mis pechos pegados a la pared húmeda
Me sentía en una nube, la excitacion nubló mi mente y dejó atrás todos los miedos a que alguien nos viera, solo pensaba en lo delicioso que era sentir sus besos en mi espalda y sus caricias fuertes en mis pechos y mi posterior baja. Casi podía sentir como mi trasero se volvía rojo por tanto golpeteo.
El sonido de la hebilla de su cinturón me trajo a la realidad, el cómo rompió sin cuidado mi bragas, para luego entrar rápidamente en mi.
Los jadeos salían sin control de mi boca, mis manos se resbalaban por la caliente pared mojada tratando de sostener mi cuerpo de gelatina. Mis piernas temblaban con cada embestiada que daba, mientras su mano volteaba mi cara en un ángulo incómodo para besarme con locura
— Eres preciosa cariño.— Sus ojos tenían ese brillo de excitacion y amor que me enloquecía, era como si no necesitáramos decirnos cuánto nos amábamos para saberlo, sus labios comían los míos con necesidad.
Sentí que estábamos cerca cuando me volteó inesperadamente, chocando cara a cara, levantó mis piernas enrollándolas en su cadera para iniciar un ritmo nuevamente intenso.
—Ander
—Aguanta nena, ya casi. —Sus movimientos rápidos me hacían chocar la espalda una y otra vez contra la pared, mis pechos parecían rebotar sin freno contra el suyo, mis manos trataban de sostenerse de su cuello sudado, paseándose por sus rizos para volver a su rostro y besarlo.
Hasta que el golpeteó de unos zapatos contra la puerta corto todos los sentimientos que apoderaban mi cuerpo
—¡Mierda!, Ander para.
—¿Qué pasa?
—Creo que alguien nos ha visto.— Me dio una mirada confusa para luego salir de la duchas. Dio un pequeño recorrido por el pasillo para luego regresar conmigo.
—Que no hay nadie.
—¿Estás seguro de eso?
Maldije en mi interior al reconocer esos pantalones ajustados con la típica corbata enredada en el cuello, su sonrisa burlona que tanto lo caracterizaba está perfectamente formada en su rostro.
Inmediatamente trate de cubrir mi desnudez con mis manos, mientras sentía como mis mejillas se volvían acaloradas
—Tranquila preciosa, ya eh visto suficiente como para olvidarlo.— dijo dando un guiño con el ojo.
Ander dio unos pasos hacia el como advertencia, cubriendo mi cuerpo con el suyo
—Fuera —dijo con fuerza, estaba enojado eso era obvio, no solo por el hecho de que nos viera a los dos descaradamente desnudos, sino porque nos había cortado el polvo.
La sonrisa de Patrick creció más, dio unos pasos hasta acercase a Ander y susurrarle al oído. No tenía idea de que estaba sucediendo, mis manos muy apenas tapaban mis pechos y mi otra parte íntima.
Trate de salir por una esquina pegándome todo lo posible a las paredes, ya era bastante vergonzoso que él me viera toda la parte de adelante, aún tenía un poco de dignidad para que no viera la trasera. Pero cuando estaba apunto de llegar a mi ropa sentí la mirada de ambos clavada en mi.
Pude ver cómo Ander tragaba con fuerza mientras Patrick seguía susurrándole al oído, ambos mirándome fijamente.
—¿Ander?, ¿Qué pasa?
Sus ojos se voltearon a Patrick por unos segundos, para volver a recaer en mi. Expulsó el aire en un suspiro pesado y camino hasta llegar a mi lado, donde sin decir nada más empezó a besarme nuevamente.