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Serie: Peaky Blinders
Parte dos publicada
______ ____ ______ _______ ___El sexo casual con Michael Gray era increíble, sin celos o en una relación, era libertad pura. Hasta que tuve que joderlo todo.
Cuándo noté que ya había pasado más de un mes sin que bajara mi regla.
Debo admitir ser un poco torpe y despistada, pero esto era demasiado, como no notaría que no me había bajado.
El problema era que no tenía padres y mi trabajo como camarera no era suficiente para mantener otra vida aparte de la mía.Genere un pequeño y perfecto plan en mi cabeza, tomaría un tren a Londres y después tomaría un barco directo a América, donde actualmente vivía mi hermana. Le pediría asilo por unos días, mientras busco un trabajo y listo era sencillo pero eficiente y sobre todo sin la ayuda del idiota de Michael.
No quería ser cruel pero vamos, cuando estaba a punto de darle la gran noticia me lo encontré con su maldito aparato reproductor dentro de Charlotte Murray en su oficina.
En cuanto abrí la puerta pararon lo que estaban haciendo y me miraron fijamente, por mi parte les grité un par de cosas y salí azotando la puerta, llegue corriendo a casa cerrando con llave y empaque solo lo necesario. Mi tren partiría por la mañana pero debía estar lista unas horas antes si no quería dar sospechas. Por lo que en la madrugada preparé todo y salí con una gran capucha en mi cabeza ocultando mi cara.
Caminando rápido llegué sin problemas a la estación, donde oculté la maleta detrás de una oficina. Faltaban sólo treinta minutos cuando vi a los peaky blinders vigilando toda la estación, primero fueron dos, luego cuatro.
Empezaron a preguntar a las personas por lo que no dude y me subí al tren con la maleta en mano buscado desesperada el baño, para encerrarme hasta que el tren partiera.
Creí estar salvada hasta que escuche golpes en la puerta solicitando abrirla, por orden de los peaky blinders.
Estaba tan jodida, todo mi plan estaba tirado por la borda, abrí la puerta lentamente encontrándome con un Arthur Shelby bastante enojado el cual en cuanto me vio frunció más su frente y agarro con fuerza mi brazo. Arrastrándome a la salida del tren, donde un Michael Gray estaba más furioso que nunca.