Capítulo 32: Alma vendida, pacto sellado

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Schiltach, Alemania
28 de Septiembre del 2021
11:59 pm

Miykal Lawler

¿Alguna vez te habéis preguntado cómo reaccionaríais si tuvieses al frente a un asesino serial? ¿Seríais capaz de luchar o te limitaríais a correr? ¿Aceptaríais morir o imploraríais vivir? ¿Qué decisión es la correcta? Tengo seis monstruos delante de mí, un bosque lleno de recuerdos dolorosos y la sangre de una inocente en mis manos. Es imposible que pueda seguir fingiendo, ni siquiera soporto estar un segundo cerca de ellos aunque suene irónico porque técnicamente he ejecutado una vida, entonces ¿Qué nos diferencia? La decisión de que prefiero saltar al abismo que convivir con el enemigo, elegiría mil veces arder en el infierno que reinar juntos a los demonios, es hora de encender las llamas porque no pienso ceder ante sus deseos oscuros.

Poco a poco comienzo a levantarme, limpio cada una de las lágrimas que se han desplazado por toda la piel de mi rostro y luego observo fijamente a cada uno de los verdugos. Ya lo saben, hasta aquí ha llegado el juego, no más mentiras ni engaños, esto debe terminar de una vez antes de que más personas resulten heridas, no porque les importe sacrificar otras almas desafortunadas sino que ya es demasiado tarde para que puedan hacerme olvidar lo que acabo de presenciar.

—Si te sirve de consuelo, diste un gran espectáculo—afirma divertido Novak Niemman—Hasta mi polla casi sufre un infarto cuando le diste a Az con la piedra.

—Debí haber atinado mejor y así os hubiese asesinado exitosamente a ambos—respondo de manera cortante y seria, inspeccionando cualquier movimiento sospechoso.

—Creo que aún no habéis comprendido lo que significa la palabra inmortal, ángel—la voz de Gael Gottsched tan fría y calculadora se hace presente en el lugar.

—Podéis lastimarnos, quemarnos, ahogarnos, hasta si queréis nos metéis una bomba nuclear por el culo y ¡Boom! Renaceremos en cuestión de segundos—explica bastante orgulloso Rowan Rhode—¿No es una locura?

—Todas las criaturas tienen una debilidad, un talón de Aquiles que se puede quebrantar—sugiero con cautela, evaluando la expresión de cada uno.

—Es correcto pero te olvidais que nosotros hace tiempo sepultamos nuestros tormentos—Edmon Eichmann responde con tranquilidad como si no le preocupara explicarme que ellos son seres sin ataduras.

—Algo debéis tener que os obligue a retroceder—afirmo tratando de convencerlos—Después de todo sois de carne y huesos.

— ¿Estáis completamente segura de eso?—cuestiona divertido y fascinado Azriel Aller—¿Creéis ciegamente en lo que tus ojos te ilustran?

—No os tengo miedo—susurro débilmente, debo escapar antes de que me destruyan.

—Deberíais, pequeña—por primera vez la voz de Damian Deutsch suena sincera—Tantas señales de advertencia, millones de pesadillas y aún insistes en creer que podéis convertirte en la heroína de esta historia.

—Aléjate de mí—ordeno mientras veo como se acerca cada vez al lugar donde estoy—¡Joder! ¡Que te quedéis donde estas demonio!

—¿Demonio? No pequeña, yo no soy una simple escoria del infierno—lame sus labios carnudos, baja la cabeza y en cuestión de segundos su verdadera naturaleza surge.

La criatura más hermosa se hace presente, la divinidad y la oscuridad moldeadas en un solo cuerpo celestial, en un solo hombre cuya esencia va más allá de lo racional, el ángel que ha caído del Edén, el rey del inframundo y la miseria, del placer y el dolor, un verdadero deleite sobrenatural. Múltiples tatuajes adornan su cuerpo, los reconozco en seguida, son similares a los símbolos de las lenguas antiguas que identificamos en el diario de mi madre con la diferencia de que estos son más exactos y relucen majestuosos, sus músculos se reflejan a simple vista, sus ojos grises ahora se han vuelto completamente negros, como si la pupila se hubiese extraviado. Por últimos aquellas alas como la de los cuervos adornan su tonificada espalda, aclamando atención y admiración, una extraordinaria obra de arte.

MI SANGRE EN SUS MANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora