En la canción que dejé, los bajos de su voz me llegan ufff.
En medio de un par de costillas dentro mío tengo un pozo. No lo has palpado porque tu mano ha pasado por el lado (convenientemente para ambos), pero ahí está, presente casi siempre, en medio de un par de costillas.
Suelo llenarlo con lo que tenga a mano. Palabras, tinta, ejercicio, risas forzadas, viajes, lo mantienen a tope un buen rato.
Libros, celular, libros, tele, libros, distracciones, lo llenan como llena el agua una vasija trizada; se llena mientras reciba un goteo constante.
Tu cariño. Pff, tu cariño lo desborda en medio segundo y le crea cascadas. Lo cubre y lo recubre y lo llena de besitos ñoños, calorcito y todos los "itos" e hitos que nos inventamos.
Y qué decir de tus miradas entre llamas, tus verdades serias (y cada vez más confiadas), tus manos firmes (ahora sí) en mi cintura, tus besos en el cuello (cuando son lentos, ya sabes). ¿Qué decir de ellos? No más pozo; no más contar los segundos que demora una moneda en llegar a su fondo. Océano. Hoguera. Las paredes del pozo parecen desmoronarse.
Nos quedamos abrazados y el tiempo corre en tu celu, pero no en las veredas de nuestras pieles pegadas. Con mi suspiro o el tuyo o mi sonrisa o la tuya brotan flores del fondo del pozo, y enredaderas que lo cubren todo sueltan bichitos alegres que me cosquillean. Y por ahí también surge un silencio, uno como de los que no hay en mi casa; un silencio de grillos y de esas noches que me enfrían las orejas.
Por desgracia hay un "pero luego", porque tengo un pozo adentro, y los pozos se secan en veranos áridos, mojándose apenas con las babas o sangres putrefactas de algún ratoncillo desafortunado.
"Pero luego", porque si veo el pozo aunque sea medio vacío no logro mostrarme ante el resto tal como soy.
"Pero luego" porque mientras más vacío veo al pozo más vacía me ve él a mí, y de pura pena o competitividad se va vaciando.
"Pero luego".
Pero luego te vas o me voy y me vienen, me vienen las palabras negras, hongueadas, necróticas, leprosas a lamerme los restos de tus besos, de tus caricias y tu olor. Sus voces me desalientan, me desangran el amor propio y secan el pozo. Cuando ya estoy sola me asomo a ver su vacío y caigo, y la moneda cuenta los segundos que demora mi caída.
Me pregunto si cuando estés al mismo tiempo literal y figuradamente dentro mío, y nos besemos dentro del pozo, se llenará con flores más duraderas. Me respondo la que sé que es la respuesta.
Tú no estás aquí para llenar mi pozo. Tú estás aquí para patinar conmigo sobre él; yo te enseño a esquiar y tú me enseñas a bailar. Podremos pescar aunque no te guste, y bucear aunque le tema a las profundidades. Pero serán mis profundidades, y el pozo estará lleno al fin.
Mi pozo solo puede llenarse de mí, y tiene que haber suficiente Jo para eso. Tengo que tirarme un piquero al pozo, y quererme.
No somos perfectos.
¿Qué tal? Extraño leer sus comentarios.
He estado algo distanciada, pero presente. Escribiendo a veces, viviendo más tiempo fuera de mi libreta. Y ayer @nancy903 me encendió una chispa de motivación (ando bastante perdida y sin rumbo desde que mis planes de viaje se cancelaron para este año).
¿Y si comenzara a trabajar para sacar mi libro en físico? Tendría que hacer una reconstrucción total; borrar cosas y agregar otras, encontrar un nombre que me llene, sentirme bien con todo. Y luego recaudar fondos y ver cómo lograrlo. ¡Me hizo tanta ilusión! hasta me dio miedo lo grande del proyecto, pero es un miedo adrenalínico que me encanta.
¿Qué opinan? Si tienen alguna experiencia al respecto ¡cuéntenme!
Besitos subterráneos,
Jo.
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Pensamientos de carretera
PuisiMis marañas comenzaron en una carretera y terminaron en este poemario. 🔸¡1° lugar en #breve! 18/07/2020 🔸¡1° lugar en #verso! 03/08/2020 🔸¡1° lugar en #carretera! 30/09/2020 Lugar en #poesía: 🔸24° 30/09/2020