Narra Rusia
Llego al hotel donde me voy a hospedar, decido acomodar las cosas de mi maleta en los muebles de la habitación, pongo la ropa en los ganchos y los cajones, los zapatos en la parte baja del closet y dejo mis objetos como cepillo para cabello y pasta dental en otro cajón, me gusta tener todo ordenado en todo momento.
Cuando termino me acuesto en la cama mirando el techo, siento que me da hambre, miro la hora y bufo, tan solo tiene seis horas de mi última comida, ni de chiste puedo permitirme comer algo en este momento, me dirijo hacia el refrigerador que hay dentro del lugar, abro la hielera y para mi suerte sí tiene hielos, saco uno y empiezo a comerlo. Los hielos son algo como mis mejores amigos, puedo engañar a mi mente y hacer que crea que estoy comiendo algo pero simplemente es agua, quizá suene raro o hasta tonto, pero de verdad puedes quitarte el hambre con eso, el agua sin congelar también funciona pero hace que se me inflame el estómago y necesito de una cantidad mayor para conseguir el mismo efecto. De cualquier forma, el efecto no dura mucho, tengo que hacer algo para entretener mi mente o voy a terminar comiendo, voy a salir a correr por aquí, el sol está bastante intenso a pesar de ser temprano, eso me ayudará a cansarme más y necesitar más esfuerzo para correr. Puede que me queme un poco el sol, pero nada que un poco de bloqueador no pueda solucionar.
Saco la faja que tengo para ponerme en el estómago a la hora de hacer ejercicio, sirve para hacer que sudes en esa área y quemes más grasa de la que podrías quemar si no la usaras. He visto que mucha gente dice que no sirven de nada porque al sudar sólo pierdes agua, pero creo que nadie tiene una respuesta concreta y comprobada científicamente, así que la uso, quizá ayude, quizá no, pero no puedo hacer ejercicio sin ella, es decir, sí puedo, pero siento que no hice nada. Me la pongo y encima una playera que me queda un poco grande. Me coloco los audífonos dispuesto a salir del hotel.
Cuando voy caminando por uno de los pasillos una mano me toca el hombro, levanto la vista confundido y veo a Japón, me saluda agitando su mano fuertemente y con una sonrisa amplia, es una persona muy alegre.
—¿Hola?.—Saludo mientras me quito uno de los audífonos para poder escuchar lo que me diga.
—¡Hola!—Sonríe más—También me voy a estar quedando aquí, me alegra no estar sola ¿Ya desayunaste?.
—Ya.—No.
—Oh, bueno, yo iré a desayunar, ¡Nos vemos más tarde!.
—Sí, adiós.—Continúo con mi camino colocándome el audífono de nuevo.
En cuanto cruzo la puerta principal del hotel siento que los rayos de sol me queman, de seguro se me va a enrojecer la piel a pesar del bloqueador, pienso en regresar y salir más tarde, pero pienso también en las calorías de las que puedo deshacerme, esto lo vale.
Empiezo trotando suavemente, la gente me mira raro, supongo que pensarán que estoy loco porque lo hago en este momento y no más temprano por la mañana o más tarde por la noche.
Los ignoro y empiezo a subir la intensidad, mi garganta está empezando a sentirse seca, sonrío y vuelvo a subir la intensidad, pero algo hace que me pare en seco. Un olor increíblemente delicioso, un olor dulce, cálido y suave: Pan.
Me encanta la panadería francesa, es uno de los motivos por los que peso lo mismo que un elefante, es la única cosa a la que no puedo resistirme, dejo de correr, me quito ambos audífonos y camino en dirección al olor, que cada vez es más intenso. Finamente llego a la panadería, es pequeña pero bonita, afuera tiene algunas plantas que la decoran, las cuales tienen flores de color blanco delicadas y muy pequeñas.
Me quedo parado mientras mi voz interna me regaña e insulta por lo que estoy a punto de hacer, la ignoro y cruzo la calle porque la panadería se encuentra justo frente a donde estoy, vuelvo a detenerme frente a la puerta del local, de verdad huele increíble, siento que mi corazón se acelera pero al mismo tiempo que mis latidos son más pesados.
Jalo aire como si en él fuese a encontrar valentía y doy un paso hacia adelante, okay, ya estoy dentro, no ha pasado nada, nuevamente me quedo ahí de pie. Me quedo pensando un momento, seguramente quien me atienda va a pensar algo similar a "Este chico es obeso, no debería seguir comiendo pan" me avergüenzo gracias a mi propio pensamiento, quizá deba volver más tarde con un hoodie puesto que oculte mejor la forma de mi cuerpo.
Miro alrededor, no hay nadie en el mostrador que pueda atenderme... Ni en ningún otro lado. Debe ser una señal, será mejor que me vaya, estoy por dar media vuelta cuando de una puerta interna a la panadería, que por cierto no había notado que estaba ahí sale una chica de cabello muy chino. Trae consigo una charola de chaussons aux pommes que me imagino que acaba de hornear.
—Bonjour, ¿Qué va a llevar?.—Me pregunta con una gran sonrisa mientras pone la charola en el mostrador.
—Huh...—Miro alrededor y luego señalo la charola que acaba de traer.
—Buena elección, son la especialidad de la casa, le van a encantar—Toma una bolsa de papel que tiene el nombre de la panadería—¿Cuántas va a querer?.
—Una, por favor.—Aprieto los labios.
Ella pone mi chausson aux pommes en la bolsa y me la extiende aún sonriente.
—Ya verá que va a regresar por otra.
—Sí, muchas gracias.—Le pago y salgo, espero no tener que regresar nunca.
Voy por la calle caminando, estoy agarrando la bolsa con ambas manos, no puedo creer que de verdad entré ahí y compré algo. No debería, pero se veían fabulosas y recién hechas es mucho mejor.
Vengo tan distraído con mi compra que al doblar en una esquina no noto que estoy por chocar, hasta que siento el impacto y me caigo al suelo, el pan se me cae y se sale de la bolsa quedando en el piso, inmediatamente pasa un hombre en su bici y lo aplasta.
—Ay, perdón—Miro hacia arriba—Te juro que no te ví.—Habla rápidamente mientras me extiende la mano para ayudarme.
—Fíjate por dónde vas, México.—Le digo molesto levantándome solo, ese pan va a costarme una crisis y ni siquiera me lo voy a comer.
—¿Rusia? Ay, santa cachucha, perdóname bro, te tiré tu empanada.
—Eso no es una empanada.
—Bueno, ¿Qué es? Te compro otro.
—No—Respondo rápidamente, es mejor así, eran demasiadas calorías y me costaría mucho quemarlas.
—Ándale, dime de donde la traías y vamos por otra.
Lo ignoro y lo paso de largo, camino hasta el hotel, me quito la faja y me doy una ducha, adiós a mi chausson aux pommes recién hecha...
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Anorexia (Rusmex)
FanficRusia es anoréxico. México ama la comida. Rusia ama a México y... ¿México ama a Rusia?. #1Rusmex jueves, abril 15, 2021