Narra México
Vuelvo a la casa mucho más calmado, estaciono el carro y miro la hora, son las dos, saco mi celular y la tarjeta de Dominique, lo registro en mis contactos como "Doc Morel" y tras guardarlo salgo del carro y voy a mi habitación, en donde permanezco hasta que llega la noche, no estoy listo para ver a Rusia, de seguro voy a decir algo estúpido que me va a delatar y se va a dar cuenta de lo que estoy haciendo. Agarro el pan que me trajo Rusia, con todo el desmadre ni lo había visto bien, pero se ve increíble, estoy seguro de que me va a gustar.
Bajo a la cocina y pongo en la mesa el pan, los cocineros hicieron una cosa rara que se ve muy acá, muy elegantiosa, pero honestamente no se me antoja así que mejor voy a hacer unas enchiladas. Abro el refrigerador, pinche Francia no tiene tortillas. Ruedo los ojos y pienso en otra cosa que pueda cenar, ay, ya, me vale, voy a pedir una pizza.
Les pregunto a los empleados si me pueden facilitar el número telefónico de alguna pizzería y me dicen que sí, me pido una pizza hawaiana y le mando mensaje al doc.
"Estoy a punto de cenar, entonces, ¿Le digo que me acompañe aunque no coma?"
Pongo mi celular en la mesa y recibo una respuesta casi de inmediato "Así es, ofrézcale de su comida, le va a decir que no, pero ofrézcale, sólo para evitar cualquier posibilidad de sospecha"
"De acuerdo" escribo y envío.
"Y sea discreto" Me responde.
Me río al leer su mensaje "No prometo nada, pero voy a intentarlo"
Lo envío y tocan la puerta, debe ser la pizza. Pongo el celular sobre la mesa y corro a recibirla, me la entregan y la pongo también en la mesa. Subo las escaleras temerosamente hasta llegar a su habitación, donde le doy dos golpes a la puerta.
—¿Sí?.—Escucho su voz desde dentro.
—Huh... Soy yo, México.
—Adelante.
Abro la puerta y me adentro con pasos inseguros, lo veo frente a la ventana, me detengo a un par de metros de donde está.
—Iba a cenar y... Quería ver si me quieres o me puedes acompañar, no me gusta comer solito.
—No tengo hambre, Mex—Ni tingi himbri mix—Pero gracias.—Me sonríe.
—Ándale, pedí pizza.—Intento persuadirlo.
—No, muchas gracias.
—Ándale Rusia, no seas payaso—Le hago cara de perrito hambriento—Ven, acompáñame, si quieres no comas, pero acompáñame.
Su semblante cambia por completo cuando le digo la última frase, se suaviza mucho.
—Bien...—Suspira—Vamos.
Bajamos la escalera juntos hasta la cocina, se sienta justo frente a mí, abro la pizza.
—¿Seguro que no quieres?.—Le insisto.
—Seguro.—Asiente.
Agarro una rebanada pero me quemo.
—¡Ay! Quema, quema, quema—Me quejo mientras la lanzo a la mesa, Rusia sólo me mira—Estoy bien pendejo, me duele.—Soplo en mi dedo.
Rusia se levanta y va hacia el refrigerador, lo abre sacando algunos hielos, los cuales mete en una pequeña bolsa de plástico, se sienta a mi lado y sin decir nada toma mi mano y empieza a presionar mi dedo quemado con la bolsa de hielos.
Narra Rusia
México me mira con algo de confusión en el rostro por mis acciones, miro sus ojos cafés oscuros, a penas puedo distinguir su pupila, pero me gustan sus ojos, le quedan a su cara, bajo la mirada avergonzado y continúo con lo de la bolsa de hielos, estoy sosteniendo su cálida mano entre las mías.
—Rusia...—Me llama.
—Dime.—Respondo sin mirarlo.
—¿Cómo te sientes hoy?.
Su pregunta me toma por sorpresa, me detengo y le dedico una mirada rápida, antes de volver a lo mío.
—Bien, ¿Y tú?.—Pregunto incómodo, no sé qué espera escuchar.
—También...—Asiente y hay un silencio incómodo.
—Ya llegué—Francia entra a donde estamos con una sonrisa—¿Qué hacen?.
—Me quemé y Rusia me está poniendo hielito—Le contesta México señalando la bolsa de hielos—¿No vas a cenar?.
Me levanto mientras le hago una señal a México para que él mismo se ponga la bolsa y vuelvo a mi lugar.
—¿Qué hicieron de hoy los cocineros?.
—Quien sabe, pero se ve medio raro, pedí una pizza, ven, cena con nosotros.
Francia saca un plato pequeño y pone en él su rebanada de pizza.
—¡Dios!, ¿Quién trajo el éclair?.—Nos mira a ambos con emoción.
—Rusia me lo dió—Responde México sacando su celular—Se ve bueno, ¿Verdad?.
Continúan hablando mientras México tiene su celular en la mano, veo que sonríe mirando la pantalla y escribe algo, se está mensajeando con alguien, ¿Quién será? Continúa escribiendo y su sonrisa es cada vez más grande, ¿Será su novia?.
Frunzo el entrecejo y aprieto los labios bajando la mirada, creo que estoy... Celoso. Suspiro levemente, no tengo motivos para ponerme celoso, México es sólo un conocido. Uno muy guapo, gracioso y simpático respecto a quien estoy empezando a sentirme raro.
Es sólo que es raro que él quiera hablar conmigo, usualmente todos dicen "Oh, Rusia es un prepotente" y se alejan de mí antes de acercarse, pero él no lo hizo, posiblemente estoy tan desacostumbrado a la interacción social que me siento extraño con cualquiera que tenga contacto conmigo.
Es claro que México tiene más amigos, es una persona muy sociable y amigable, y claro que no tiene nada de malo que los tenga, pero repito, nadie más quiere hablar conmigo así que me dan celos, aunque no seamos muy cercanos me gusta conversar con él.
—¿No vas a querer?.—La voz de Francia señalando la pizza me saca de mis pensamientos.
—No, gracias.
—¿Por qué no?.—Me mira extrañado.
—Yo...—Pienso en una excusa coherente.
—No tiene hambre—Interviene México dejando de lado su celular por fin, todo este tiempo estuvo sonriéndole a su pantalla—No lo presiones a comer más, luego por eso se empacha uno. El otro día ví cómo curaron a un morrito del empacho, no manches, lo zangoloteaban bien feo, hasta lo pusieron de cabeza...
Y así empieza otra de sus historias, apoyo la cabeza en mis manos para escucharlo con atención. Adoro sus historias.
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Anorexia (Rusmex)
FanficRusia es anoréxico. México ama la comida. Rusia ama a México y... ¿México ama a Rusia?. #1Rusmex jueves, abril 15, 2021