¿Comida=Cariño?

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Narra Rusia

—¿Entonces sí?.

—No.—Ruedo los ojos, estoy empezando a perder la paciencia.

—Ándale.

—No.

—¡Rusia!.—Me reprocha.

—¡México!.—Lo imito.

—No me hizo gracia.

—No me hizo gracia.—Lo vuelvo a imitar para molestarlo, que se harte y deje de insistir.

—Por eso nadie quiere a los ogros.

—¿Qué?.

—Nada, no te enojes, es de la película de Shrek, no es que crea que eres un ogro. Pero no me cambies el tema, ¿Sí desayunas conmigo?.

—Ya te dije que no.

—¡Pero Rusia!—Sacude un poco los brazos para hacer berrinche—Es que, ¿Por qué no?.

—Porque aún no tengo hambre.

—Tú nunca tienes hambre.—Susurra.

Yo suspiro, si supieras...

—Pues precisamente por eso no quiero desayunar, ahí está tu respuesta.

—¡No! Eres un tramposo, yo no lo decía por eso, ándale Rusia, aunque sea acompáñame.

—Es por lo menos la décima quinta vez que te digo que no.

—Pero es que yo quiero.

—¡Pero yo no!.

—Rusia, guapo, alto, fuerte y maravilloso Rusia, ¿Me harías el honor de concederme tu compañía en los próximos cuarenta minutos en los cuales voy a disfrutar de un buen desayuno en el comedor de la casa?.

«Guapo, alto, fuerte y maravilloso» por más que lo intento no puedo evitar que se forme una sonrisa en mi cara, ¿De verdad piensa eso de mí?.

—Está bien, te acompaño.—Ruedo los ojos para fingir que me molesta ir, pero en realidad me alegra saber que pasaremos tiempo juntos.

—Te gusta hacerte del rogar, de veras.

Bajamos hasta el comedor, yo me siento y él también pero casi de inmediato se vuelve a levantar.

—Pérame aquí.—Pide, yo asiento con la cabeza.

Se dirige a la cocina tarareando una cancioncita, mientras me quedo pensando en lo que dijo, las palabras se repiten una y otra vez como si hubiese un cd descompuesto en mi cabeza que contiene la grabación de hace unos minutos.

Ya faltan sólo tres días para que tengamos que volver cada quien a su casa, el tiempo pasó muy rápido, me pone bastante triste pensar en que ya no lo voy a ver y a decir verdad no creo que nos mantengamos en contacto.

Pero al menos puedo disfrutar de los últimos días que me quedan para estar con él.

Lo veo regresando con dos platos con fruta, pero uno de los platos está mucho más lleno que el otro.

—Te piqué frutita—Me extiende el plato más vacío—Francia me dijo que te gusta la fruta, es melón, sé que dijiste que no querías, pero es muy muy poquita, es que siento feo comer y que tú nomás me veas. Anda, es poquita, no va a pasar nada.

¿A qué se refiere con que no va a pasar nada? No lo entiendo, quizá sólo es una de sus bromas.

—Gracias.—Aprieto los labios.

Anorexia (Rusmex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora