7.

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Estaba balanceandome de un edificio a otro de camino a casa. Estaba amaneciendo, de hecho ya habían destellos de sol por lo que probablemente cuando llegué ya debería ir al instituto.

No recuerdo en qué momento de la noche ni porqué salí pero cuando me di cuenta tenía el traje puesto y había lanzado la primera telaraña.

Pasé por el edificio donde habíamos pasado la tarde con ________ y decidí detenerme un momento ahí.
Di unas pequeñas vueltas admirando el cielo, me recordaba a _______ y su entusiasmo por los colores que se forman.

Dispuesto a irme volteé y me encontré con ella parada detrás de mi haciéndome pegar un pequeño salto.

— y nos volvemos a encontrar — dijo con una sonrisa.

Quede helado y solo pude asentir lentamente.

— a decir verdad te busqué un poco — confesó — y supuse que si venía aquí...aunque te encontré más rápido de lo que pensaba

— ¿querías...querías encontrarme? — asintió — ¿por qué?

— nada más

Comenzó a acercarse a mi pero esta vez no retrocedi. Me acerqué de igual forma hasta estar frente a frente.

— quien eres — dijo en un susurro.

No contesté, ella estaba volviendo a tomar la máscara y levantarla de a poco. Sin cortar contacto visual, me miraba a los ojos mientras lo hacía.

Yo me encontraba completamente inmóvil, no entendía lo que hacía y menos lo que quería hacer.

Sus manos fueron de mis hombros a mi cuello mientras miraba atenta, como si quisiera escanear mi contextura física para saber quién era.
Luego el recorrido siguió de mi cuello hasta mi mandíbula hasta recorrer el final de lo único que estaba descubierto de la máscara.

— sé quién eres — susurro.

Mi mente estaba tan sobre explotada por lo que estaba pasando que apenas pudo reaccionar ante eso haciendome quedar como un inútil.

— no sabes quien soy — dije en un susurro de igual forma.

Ladeo un poco su cabeza mientras sonreía y sus manos volvían al borde de la máscara hasta dejarlo por encima de mi nariz.

Hizo lo mismo que antes, con muchísimo tacto recorrió mi rostro intentando reconocer.

¿Por qué seguía ahí? ¿Por qué no me iba evitando que sepa mi identidad?

Sus ojos se iluminaron.

— peter — susurró acercándose aún más.

Ya la mínima distancia no impediría nada y moría porque haga lo que estaba pensando.

Hasta que besó, era lento y hasta un poco tierno, con sus manos mientras terminó de quitar mi máscara por completo para pasar sus brazos por mis hombros y luego enredar sus dedos en mi cabello.

No quería que ese beso terminara, era realmente adictivo.

Mis manos fueron a su cintura acercandola a mi. Sentía que mi corazón se saldría de mi pecho por lo rápido que latía y pronto mi piel se erizo.

— levántate — dijo entre el beso.

¿Qué?

— vamos Peter, levántate — volvió a decir sobre mis labios.

— ¡dios! — dije despertandome de golpe — fue un sueño — lleve mis manos a mi rostro.

— ya veo

Jugar con fuego | Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora