Jugar con fuego | Peter Parker

20.

Quedé parada sola en medio del largo pasillo del instituto, Peter después de decirme eso simplemente se había ido de mi vista.

Trato de comprenderlo, de verdad quiero ser la más comprensiva. Lo que le hice le había dolido.
Pero a mi también me duele que me trate así cuando hace una semana eramos lo que eramos.

— señorita Quentin ¿por qué no está en clase?

Volteé a dirección de esa voz y vi al director.

— tengo que irme — dije corriendo fuera del instituto, yo era la culpable de esto. Yo lo resolvería.

— si sale por esa puerta créame que no pasara este año

Me quede en el marco de espaldas a él. ¿Qué tanto me importaba este colegio después de todo?

— tiene buenas notas señorita, no lo arruine

Papá me había dejado en este colegio solo para que le quitara información a Peter así que él hablo con el director.
Si piensa que con mis notas impedirá que me vaya no me conoce.

— si tengo tan buenas notas como dice una falta no me afectará

Salí por la puerta y me dirigí a mi casa, no muy segura de lo que planeaba hacer pero dispuesta a hacerlo.

Bajé directo al sótano, sería un muy buen momento para que hubiera una gran armadura y este sea el principio de mi película en solitario pero era la realidad y lo único que había eran herramientas de mi papá.

Pero todo sirve.

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Era el siguiente día, no había dormido en toda la noche y comenzaba a perder un poco los reflejos.

Mi plan estaba relativamente listo. Solo tenía que salir bien.

Se oyeron crujidos en el piso de madera de arriba, subí rápidamente y lo vi. Bingo, era el ayudándote que me había derribado la última vez, hizo un gran ruido con las herramientas de papá para que tuviera que bajar y asi ver el show.

Era un poco arriesgado, pero si lo que logré saber de él era verdad debía llevarme directo a la tía May.

Cuando escuche los pasos acercarse volví a bajar las escaleras y tomé las pastillas entre mis manos.
Solo desmayarme, no morir. Me repetía una y otra vez.

Las lleve a mi boca y con algo de dificultad las trague. Ya tenía las defensas bajas por el sueño, no tardarían en hacer efecto.

Caí desmayada.

Mi cuerpo se movía, levemente pero lo hacía, abrí un poco los ojos y vi que estaba en un auto al lado de su ayudante, noté que estaba sin la máscara pero no pude distinguir nada con los ojos entreabiertos.

Era ahora nunca, pelear o perder.

Abrí completamente los ojos y me reincorporé rápidamente tomando el volante. Él giro a verme preocupado y yo lo ví a él.

— mierda eres lindo — dije sin pensar.

Increíblemente mi estupidez hizo que él bajara la guardia y así pude abrir la puerta para tirarlo del auto.

— ¡espera, loca!

— ¡me ayudas o te tiro!

— ¡subeme!

Tomé su mano y el volvió a su lugar jadeando, estacionó el auto y dirigió su mirada hacia mi.

— ¿Qué diablos pasa contigo?

— ¿Dónde está May?

— no puedo decirte

— aún puedo tirarte del auto

— no está moviéndose

— ¿crees que no puedo arrancarlo?

— tu padre dijo que no sabes manejar

— bien, moriremos ambos

— dios — frotó su frente frustrado — sabía que saldría mal

— no entiendo, ¿por qué no estas intentado matarme?

— no iba a matarte, iba a llevarte lejos de Beck

Lo miré dudosa, parecía decir la verdad.

— bien, ibas a ayudarme. Entonces sé parte de mi plan. Llevame o al menos dime donde esta May

— un momento, ¿lo fingiste todo?

— no, pero tomé las pastillas voluntariamente

— ¡¿estas loca?! — levantó la voz — ¿por qué no lo fingiste?

— ¿me hubieses creído?

Ambos nos quedamos callados pensando en nuestras preguntas, esto se estaba haciendo raro. Pensé que sería algo más violento y difícil.

— si te llevo con ella no podrás escapar de tu padre — dijo refiriéndose a May.

Su mirada se fijaba en mi, parecía que sabía algo que yo no.

— ella no tiene la culpa de nada, yo si

Me miró unos segundos, negado. Pero arrancó el auto y comenzó a conducir

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Habían pasado al menos una media hora, la tenía fuera de la ciudad. Estaba anocheciendo.

— ¿por qué querías ayudarme?

— te conozco desde que eras pequeña bonita

— ¿cuantos años tienes?

— veinticinco

Asentí haciendo una mueca, no esperaba tener aliados en esto y menos que fuera la persona que me lanzó desde su espalda al suelo.

Estacionamos en un lugar, había un gran galpón que estaba a unos pocos quilometros del puente que conectaba directamente con la ciudad.

Mire afligida hacía alli, ella estaba en ese lugar por mi culpa.

— ella está bien — volteé a verlo — tu papá mañana le enviará su ubicación a spiderman. Quiere matarlo

— ¿por qué lo odia?

— ve a ironman en él. Siempre odió a Stark y quería que sufriera, Tony está muerto. Quiere que sufra por él...además, ahora le quitó a su hija.

Suspiré bajando la mirada, papá estaba loco. Si quería que Peter sufriera no solo lo mataría iría por los que ama.

— ey, mirame — acarició mi hombro — ¿cuál es el plan?

Sonreí ampliamente.

— ¡sueltame! — grité eufórica mientras me metía a la fuerza al galpón, tapó mi boca con una de sus manos y comencé a moverme para que me liberara.

— miren quien está aquí — comentó papá incrédulo.

— la encontré en su casa viendo sus documentos señor

Papá se acercó a su ayudante y palmeo su hombro aprobando lo que hizo.
Comencé a ver el lugar y observe a May mirandome atenta, estaba bien. Amordazada pero bien.

— no pensé que te importaría más esta mujer que tu propio padre ______ — llamó la atención de su ayudante — atala, juntas para que se hagan compañía — dijo irónico.

Me llevó casi arrastrándome hacia May.

— ¿estas bien? — dije con dificultad.

— estoy bien — dijo con una sonrisa. Esa sonrisa que extrañaba tanto que fuera para mi.

— vigilalas — dijo papá y salió del lugar — buenas noches