Capítulo 8

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PRESENTE

Al entrar al laboratorio, di un grito ahogado al encontrar a un hombre atado en una silla. Me acerqué a él para ayudarlo pero escuché la recarga de un arma cerca de mi.

—Quieta, amor —dice Jeremiah apuntándome con un arma—. Él solo está aquí para ser el voluntario de tu creación.

—¿Después de esto lo dejarás ir? —pregunté, el pone los ojos en blanco.

—Sí, sí, sí, ahora ponle el gas.

Puse el prototipo del somnífero en un recipiente y lo agité, miré al pobre hombre atado y con la cinta en la boca, le eché el gas en la cara para luego colocarme al lado de Jeremiah. Ambos veíamos como el hombre gritaba por ayuda y al pasar unos minutos él caía en profundo sueño. Jeremiah alzó su arma y le disparó en la frente, yo di un salto del susto.

—No sirve, necesita una dosis de droga más fuerte —yo me quedé viendo al hombre en la silla, ahora muerto—. Violette... Violette —despierto de mi trance cuando Jeremiah se pone al frente mío y me toma de los hombros—. Necesito algo más fuerte, amor.

—Lo mataste —bramé—. Dijiste que...

—Suelo romper promesas, amor, ya deberías saber de eso —sonríe. Yo lo empujo y oprimo un botón en la pared haciendo que la puerta se abra—. Violette, necesito algo mejor.

—¡Vete a la mierda, Jeremiah! —grité y salí corriendo de ahí.

Caminé por los largos pasillos del laberinto con tal de perderme, pero era inútil, él me había enseñado la salida, él me había enseñado a como recorrer el laberinto. Paré cuando él se apareció adelante de mi, me di la vuelta pero tomó mi brazo y me acorraló hacia la pared de metal. Cerré los ojos porque en cualquier momento iba a ponerme a llorar, como siempre.

—Mírame —yo negué con la cabeza aún con los ojos cerrados—, Violette, Mírame.

—Solo quiero volver a mi cuarto —mentí.

—Sí lo hubieras querido, ya lo hubieras encontrado, pero quieres esconderte... ¿Te doy miedo, amor?

Miedo, jamás lo había pensado de esa forma. El miedo siempre causa que te paralices o que no vuelvas a ver o hacer el acto el cual te ocasionó terror. Siempre confié en él, nunca me había entrado el miedo cuando llegué a este lugar por primera vez, o cuando me besó la primera vez en conocernos. Jeremiah no me daba miedo antes... ¿Pero ahora? No, esto no era miedo, esto era otra cosa. Era una fantasía, me rehusaba a creer que el Jeremiah que conocí antes y el de ahora no era la misma persona, pero lamentablemente, mi Jeremiah era él, por más que lo odie.

—Me das lástima —murmuré abriendo los ojos—, Jeremiah, me das lástima. Y lo siento, de verdad lo siento.

—Oh, no llores —su mano acarició mi mejilla, secando mis lágrimas—, por fin lo aceptaste, Violette. Después de tantos años, al fin te diste cuenta. Este es el verdadero yo, siempre lo ha sido, lo que viviste antes conmigo solo fue un simple acto.

—Eso no es verdad —murmuré, él me dio una media sonrisa—, sé que me amaste alguna vez..., pero me pregunto si es que me sigues amando después de tanto tiempo —su sonrisa desapareció—. ¿Por qué no estoy muerta, Jeremiah? ¿Por qué no me has matado? Después de matar a Ecco y torturar a Bruce Wayne nunca viniste por mí. Llegué a cumplir mi carrera, tengo el trabajo de mis sueños y aún después de que volví a Gotham, no apareciste. ¿Por qué?

Él me fulmina con la mirada y su mano pasa de mi mejilla a mi cuello, doy un grito ahogado cuando él hace una presión fuerte, ahorcándome.

—¡Más te vale que no me provoques, Violette! —exclama muy cerca de mi cara—. Hay cosas más importantes que seguir tu culo. Además, no significaste, ni significas nada para mi. ¡Necesito ese gas pronto, así que trabaja!

Él me empuja contra pared y me suelta, doy una gran calada de aire cuando al fin puedo respirar. Me dejé caer hasta sentarme en el suelo, aún tomando mi cuello por el dolor que tenía. Vi a Jeremiah el cual me miraba serio, noté que él tomo aire y se fue. Intenté hablar pero las palabras no salieron de mi boca.

Era como revivir un recuerdo, era como revivir mi trauma de aquel día. Él yéndose lejos de mí cuándo más lo necesitaba. Sequé mis lágrimas y me levanté, no hay nadie aquí quien pueda ayudarme, a nadie le importaba. No voy a volver a hacer la chica que necesitaba que la rescataran, había pasado una vez y no permitiré que vuelva a pasar.

—Jamás dejaré que me vuelvas a tratar así, Valeska —murmuré en el medio del pasillo—. Sí tú cambiaste, yo también puedo cambiar.

Yo había tenido mi mal día hace mucho tiempo, así como se lo diste a Jerome, también me lo diste a mi. Jamás seré como tú, pero mierda, no permitiré en que me transformes en un monstruo.

PSYCHO  ☠︎JEREMIAH VALESKA☠︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora