Capítulo 16

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PRESENTE

Tal vez si Bruce no me hubiera dicho esas palabras, probablemente me hubiera ahorrado todo este enrollo. Me alejaría de Jeremiah lentamente hasta el punto de salir de aquí, volver a mi hogar y no haberle contestado los mensajes hasta que mis padres llegarán. Aun así, sin la ayuda de Bruce, mis sentimientos iban a salir a la luz tarde o temprano, Jeremiah era el chico al cual quería mucho y ese cariño cada vez empezó a expandirse. Estaba dándome una ducha cuando la puerta de metal se abre, miro hacia atrás sin voltear mi cuerpo, Jeremiah está parado en la puerta mirándome.

—¿Puedes irte? —pregunto, él no responde—. Me estoy dando una ducha.

Jeremiah no dice ni una palabra, simplemente se queda parado observándome desde la esquina del baño. Lo ignoro y vuelvo a pasarme jabón por el cuerpo, había demasiado vapor aquí dentro así que la ducha de vidrio estaba empañada, lo cual no le dejaría ver casi nada. Aunque era incómodo, tuve miedo de cerrar los ojos cuando estaba poniéndome shampoo en el cabello porque seguramente él me clavaría un cuchillo en la espalda. Al terminar mi ducha, intenté buscar la toalla que había colgado en el perchero, pero no había nada ahí. Mierda, saqué la cabeza un poco del vidrio empañado y vi a Jeremiah con una media sonrisa y la toalla en la mano.

—¿Me la puedes dar? —pregunté.

—Sí, no te preocupes. Ven y te la daré —yo sonreí sin poder creérmelo.

—Jeremiah hablo en serio —espeté.

—Yo también, ven y tómala, amor.

Puse los ojos en blanco, este imbécil quería jugar siempre a su modo. Tal vez no era el tipo de chica que sabía seducir a cualquiera, y cuando lo trataba me sentía demasiado estúpida en hacerlo, ese no era mi carácter. Deslizo el vidrio a un lado para salir, las gotas de agua caen al suelo debido a mi cuerpo y cabello mojado. Camino un poco rápido hacia él pero aún así Jeremiah simplemente veía todo mi cuerpo desnudo y húmedo. Al ponerme en frente de él, le quito la toalla de las manos y él sonríe victorioso.

—Gracias por el espectáculo, amor —dice mientras me enredo la toalla al cuerpo, entonces le di una media sonrisa.

—¿Ya te vas? —pregunto, entonces me acerco más a él y lo tomo del traje que lleva—. Apenas y voy comenzando —susurré cerca de su cara mientras le estaba desabrochando los botones de su camisa.

—¿Qué tratas de hacer, amor? —sonríe burlón. Entonces mi mano baja a su entrepierna, simplemente acaricio su miembro encima de sus pantalones mientras lo miro fijamente—. No juegues, vas a terminar perdiendo.

—¿Qué quieres que haga? —murmuré, me mordí el labio mientras acercaba un poco más mi cuerpo contra el de él.

—Ponte de rodillas —murmuró mirándome a los ojos.

Me puse el cabello a un lado y comencé a bajarle el cierre del pantalón, me coloqué de rodillas frente a él, mirando fijamente su miembro el cual se notaba un poco excitado, le bajé los pantalones junto con el bóxer. Miré a Jeremiah el cual estaba observando cada movimiento mío, tomé su miembro en mis manos y comencé a acariciarlo de arriba a abajo, tras unos dos minutos miré hacia arriba y Jeremiah tenía los ojos cerrados. Dejé de acariciar su miembro para tomar mi cabello y escurrir toda el agua que había en el.

—¡Mierda! —exclamó viendo su miembro con agua, yo me levanté y sonreí.

Antes de que Jeremiah pudiera decir algo, abrí la puerta del baño y salí corriendo para sumergirme en el laberinto. Escuchaba al psicópata llamarme y corriendo detrás de mí pero tomaba caminos diferentes, al llegar a la puerta de mi cuarto, presioné el botón lo más rápido de que pude. Cuando la puerta se abrió volví a presionar el botón pero ya era tarde, Jeremiah había entrado con los pantalones ya puestos pero aún desabrochados. Se me fue inevitable no reírme.

—¡Qué mierda, Violette! —grita.

—Te ves ridículo —reí. Entonces negué con la cabeza—. Dios, no sé en qué momento pensaste que lo iba a hacer —dije para luego reír a carcajadas.

Jeremiah me empujó hacia la cama, quedando encima mío pero yo seguía riéndome de él. Cuando calmé mi respiración me di cuenta de la situación, no podía perder más tiempo en juegos así, tenía que terminar mi trabajo pronto para alejarme de él cuanto antes. Carraspeo para quitármelo de encima y sentarme, él se sienta a mi lado.

—Debo cambiarme —admití—, y esta vez no vas a ver nada, así que largo.

—Qué rápido cambiaste de humor —dice él—, y yo pensé que ya empezábamos a llevarnos bien como en los viejos tiempos.

—¿Así que recuerdas todo lo que vivimos juntos? —pregunté por curiosidad, él asiente.

—Cada recuerdo —lo escucho decir, lo miro pero él mira al piso—. Recuerdo la cara de terror que pusiste, al verme así por primera vez, en el GCPD. El mismo día donde te fuiste lejos. Recuerdo todo lo que dijiste el día en que fui a verte en el hospital..

—Él mismo día donde despertaste —murmuré, él asiente, entonces se dirige a mi—. Por años me arrepentí de no haberme quedado contigo —admití—, porque pude salvarte pero no lo hice.

—No necesitaba que alguien me salvara —replica él, entonces se levanta de la cama—, nací así, pero no sabía cómo abrir los ojos. Fue un regalo.

—Te perdí por ese regalo —confesé.

Había perdido a mi mejor amigo, al ser que más quería en el mundo. Lo perdí por la culpa de ese maldito gas de la locura. Al principio fue duro aceptarlo, que Jeremiah ya no era el mismo de antes. Poco después viví sin recordarlo, hasta que volví a esta ciudad, y pasó todo esto.

—No mientas —brama y se vuelve hacía a mí—, tú fuiste la que quisiste que yo me alejara de tu vida. Porque Bruce Wayne te estaba metiendo cosas en la cabeza.

—No culpes a Bruce de nada, Valeska —espeté, me levanté para enfrentarlo—. Bruce y yo jamás tuvimos algo juntos, entiéndelo.

—¡Sabía que él te quería, Violette! —grita, pero no retrocedo—. Y te fuiste con él, me dejaste para irte con él.

—¡¿Cómo?! —grité de vuelta—. ¡¿Cómo puedes creer eso?! ¡Cuándo yo solo te amaba a ti! —confesé.

Jeremiah simplemente se quedó mirándome, sin decir ni una palabra. Yo tomé ropa de la cómoda y salí de mi habitación para cambiarme en el baño. No quería verlo más, no quería quedarme aquí más tiempo, porque mientras más tiempo me quedo aquí, más volvemos al pasado. Y aunque nunca lo dejé de amar, era lo mejor alejarme de aquí lo más rápido posible.

PSYCHO  ☠︎JEREMIAH VALESKA☠︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora