Capítulo 2

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Arthit y Kong llegaron al restaurante un cuarto de hora después. Prem había pedido champán y los aperitivos estaban servidos en la mesa.

- ¡Habéis tardado mucho! - dijo Prem. - Se calienta el champán.

- ¡Tengo hambre! Ya era hora – protestó Bright llevándose una tostada de foie a la boca.

- ¿Ya le dijiste sobre el regalo? - Tootha preguntó. Arthit negó.

- ¿Regalo? - Kong miró a Arthit - ¿Tienes un regalo para mí, Thit? ¿Qué es? ¿Qué es?

- Tan ansioso como un niño, no te diré. Tienes que ser paciente.

- Oiiii Thit, eso no es justo. - Lentamente se acercó a Arthit y mientras le daba la espalda a sus mayores, susurrándole bajito en la oreja le dijo – luego te enseñaré lo paciente que puedo llegar a ser.

La cara de Arthit se volvió roja y sus amigos empezaron a reírse, todos menos Knott.

La cena transcurrió sin ningún contratiempo, Kong reía con las payasadas de Bright y Arthit reía viendo a Kongpob ser feliz. Cuando la cena estaba por acabar, Prem levantó la copa y diciendo un breve discurso en nombre de todos, felicitó a Kong.

Todos habían estado muy alegres, habían bebido, habían comido y habían bromeado. Solo una persona había estado callada sonriendo forzadamente.

Cuando se levantaron y se disponían a irse, Kong agarró a Knott por el brazo mientras que los demás salían del restaurante.

- P'... yo... quería pedirte perdón – Knott le miró extrañado. - Si yo me hubiera dado cuenta o hubiera hablado más con él, quizás ahora...

- Kong, no tienes que disculparte ni pedir perdón. Tú no eres culpable de nada.

- Pero...

Knott le puso una mano en el hombro. Sonrió levemente y le miró.

- No te preocupes por mí. Estoy bien, necesito pasar un tiempo, así que no te preocupes ¿vale? Tú ahora tienes que estar feliz. Te acabas de graduar y tienes que celebrarlo con Arthit.

Kong le miró y sonrió levemente asintiendo.

- ¡Ey! ¿Qué estáis haciendo aquí? Os estamos esperando afuera. Kong, Arthit está impaciente. - Bright se acercó a ellos.

- Nada – Knott mirando cómplice a Kong. - Estábamos acabando de recoger las cosas para llevarlas al coche.

Los tres se dirigieron al parquin. Iban hablando sobre la graduación de Kong, cuando al llegar Bright y Knott se despidieron de él. Los dos mayores se dirigieron al coche de la izquierda, el coche de Prem que los llevaría de vuelta a su hogar mientras Kong y Arthit irían en el del mayor.

Esta vez era Arthit quien conducía, lo hacía deprisa, tenían poco tiempo para llegar. Kong miraba por la ventanilla, contrariado preguntó:

- Thit, ¿a dónde vamos? Este no es el camino a casa.

- No, no lo es pero es que no vamos a casa.

- Y, ¿a dónde vamos entonces? – Kong se giró y le miró intrigado.

- Ya lo verás. Por ahora tenemos que darnos prisa, vamos con el tiempo justo.

Kong se encogió de hombros, aún no sabía a dónde se dirigían. De repente el paisaje se volvió familiar, pues había estado unas cuantas veces allí. Se dirigían al hangar de Arthit.

- Thit...

- ¿Hmmm?

- ¿Por qué nos dirigimos al hangar? ¿Vas a regalarme un avión quizás?

El arte del ex ladrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora