Capítulo 4

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- ¿Qué coño es eso? ¿Por qué viene al nombre del grupo? Hace tres años que dejamos ese mundo de lado – Arthit dijo mirando el sobre fijamente.

Todos miraron a Arthit y Kong se acercó para cogerle la mano para poder tranquilizarle. Knott se fijó en las manos entrelazadas y vio el resplandor de los anillos.

- ¿Qué es eso? – dijo mirándoles mientras señalaba las manos. Todos se giraron para mirar.

- Bueno... – Kong empezó a hablar rascándose la nuca con nerviosismo.

- No es nada importante. Solo nos casamos.

- ¿QUÉÉÉÉÉÉ? – todos gritaron a la vez.

Kong se sonrojó y se puso detrás de la espalda de Arthit mientras él miraba el sobre.

- Lo siento... yo... quería que estuvierais... pero... pero todo sucedió muy rápido y... y... ¡Mecachis, que difícil es esto! - Kong cada vez más sonrojado se apoyó en la espalda del mayor.

- Kong, tranquilo, no pasa nada – le tranquilizó Knott dándole una palmada en la espalda.

Arthit le cogió para poner a Kong a su lado. Rodeó la cintura del menor y le dio un beso en la mejilla.

- Que raro que vosotros no digáis nada – dijo Prem a Bright y Tootha.

- No sé qué decir...

- ¿En serio? ¿En serio? ¿En serio? – Bright no salía de su asombro. Se dirigió hasta Kong y lo abrazó. – Es lo mejor que has hecho en toda tu vida, Arthit.

Se separó del menor frotándose los ojos mientras Tootha le abrazaba y Prem le despeinaba el pelo.

Arthit no había quitado los ojos del sobre.

- ¿Y si lo abres ya Arthit? Saldrás de dudas – dijo Prem cogiendo el sobre para abrirlo.

- ¡Espera! – Kong le paró. – P' no sería mejor que te pusieras guantes. Solo por si acaso, no sabes lo que hay dentro.

- Tienes razón, pero te he dicho que dejes de llamarme P', solo Prem es suficiente, ahora ya somos familia. – Kong sonrió.

Prem se puso unos guantes de látex que le trajo Tootha y rápidamente rasgó el sobre. Miró en su interior y vio solo una hoja de papel. Con cuidado la sacó y la desdobló. Todos miraban a Prem y cuando la leyó dijo:

- Es solo una dirección con una fecha y una hora. Es el Puerto de Khlong Toei contenedor número 71783, mañana a las 3:00 a.m.

- Es demasiado fácil. ¿Solo una dirección y ya está? Parece una trampa. No me convence – Knott entrecerró los ojos.

- Tenemos que ver de qué se trata – dijo Kong.

- ¿Qué? – dijo Arthit. – Puede ser demasiado peligroso pequeño. Así que no irás.

- ¿Qué? – Preguntó Kong – quiero ir yo también. Ya no tengo miedo.

- He dicho que te quedarás en casa – Arthit se giró y lo miró fijamente.

- No, yo voy. En ningún momento dije que no quería unirme a vosotros. Ese día, tú me interrumpiste y me dijiste que dejabais esa vida, pero yo en ningún momento comenté que no quisiera unirme. Además sé que tengo vigilancia. Desde hace tres años he notado como un par de hombres me siguen sin que me dé cuenta. No te he dicho nunca nada ya que no ha salido la ocasión. Pero si consideras necesario que alguien me vigile prefiero que seas tú. No quiero que nadie más me proteja, solo quiero que tú lo hagas igual que yo solo quiero protegerte. No por ello me obligaste a tomar clases de defensa personal.

El arte del ex ladrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora