Capítulo 29

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Kong estaba frente de la cuna de Lee cuando Arthit salió del baño. No le había escuchado salir por lo que se sorprendió cuando notó sus brazos rodearle la cintura.

- Pronto iremos a verle, te lo prometo – susurró. Kong asintió.

Se quedaron callados mirando la cuna de Lee comprobando que estaba vacía. Eso no era un sueño. Callados se tumbaron en la cama y en silencio pensaron en lo mismo, en lo que sucedió cuando se llevaron a su bebé de sus brazos mientras que por la cara de Kong gruesas lágrimas se deslizaban.

*

El día de los hechos:

Los agentes se levantaron rápido del suelo y se dirigieron hacia el mafioso. Este se cogía la muñeca. Una bala le había rozado si llegar a penetrarle, haciendo que su pistola se deslizara por el suelo muy lejos de él. Al llegar, le redujeron y le esposaron llevándoselo hacia la salida.

Arthit levantó la cabeza al notar que el fuego había parado. Miró hacia abajo y vio a su bebé que le miraba y se agarraba fuertemente a su camisa. El bebé, muy valiente, no había llorado, simplemente se limitó a temblar y acurrucarse contra el pecho del mayor. Le empezó a acariciar para tranquilizarse y poco a poco se levantó. Miró hacia un lado para mirar que su pequeño se levantaba del suelo cogiendo al león de peluche.

Y después se giró y miró hacia sus amigos que se habían tirado al suelo protegiéndose de las balas con las sillas. Ya habían llegado hasta ellos varios agentes que les desataban y les ayudaban a levantarse.

Y por último miró a Nat, que en esos momentos, salía al exterior. Kong se acercó hacia ellos y les abrazó con fuerza. Al notarle cerca, un bebé le tendió los bracitos.

- Papa... lón.

Arthit le pasó al bebé y este empezó a jugar con su león de peluche. Poco a poco empezaron a caminar, dirigiéndose hasta donde estaban los otros mayores. Se miraron entre todos y se fundieron en un abrazo. Un agente se les acercó interrumpiendo el momento.

- Lo siento, pero tienen que salir. Allí les esperan los coches para dirigirse a la comisaría. Después de declarar ya podrán ir a casa.

Primero salieron los hombres de Nat que quedaban con vida, salieron cabizbajos y esposados. Después salieron los mayores y por último la pareja con su bebé.

Kong salió de la fábrica con Lee en sus brazos seguido del mayor. El bebé, que ya estaba mucho más tranquilo gracias a que este jugaba con el león a hacerle cosquillitas en la barriga.

Uno de los policías se acercó al menor y le quitó al bebé alegando que tenía que pasar a protección del estado. Lee al ver que se alejaba de Kong, empezó a sollozar. Para cuando llegó al coche, lloraba a pleno pulmón moviendo los bracitos y los pies.

Kong se quedó de pie, mirando impotente como le alejaban a Lee de sus brazos. Se cayó de rodillas empezando a llorar sin darse cuenta, reaccionando solo cuando la mano de Arthit le acarició el pelo, dándose cuenta que el león del bebé se había quedado con él.

- Thit... se va... - Kong se lanzó a los brazos del mayor poniéndose de pie nuevamente.

- Tranquilo pequeño, lo traeremos de vuelta.

- Mira... - Kong miró a Arthit alzando el peluche – no sé lo di. Ahora no estará tranquilo.

Arthit abrazó de nuevo al menor. Mientras le acariciaba el pelo, Kong lloraba desconsolado. Los mayores se acercaron y les abrazaron a ambos.

El arte del ex ladrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora