Veinticuatro

620 73 35
                                    

Harry:

Lo que restaba de la semana me la pasé con mi madre y con Sam, pero de vez en cuando él hablaba sobre Louis, siempre pidiendo que estuviese con nosotros y siendo sinceros, aunque la idea no me desagradara para nada, era extraño escuchar a mi propio hijo pedir por alguien más.

- ¡Por fin en casa! -. Llegamos a nuestro hogar y su pequeña reacción de dramatismo por estar de nuevo en nuestro hogar me había parecido divertida.

- ¿Por qué tanta emoción, Samy? Pareciera que realmente no me extrañaste -. Su rostro se puso rojo sin razón aparente.

- No, si te extrañaba pá, es solo que también extraño a Louis-. Sonreí.

- No te preocupes, dijo que hoy vendría a cenar con nosotros, así que no tienes por qué seguir preocupándote de cuándo lo veremos.

Samy:

Realmente estaba nervioso por ver a Louis, desde aquella noche en la que hablé con mi abuela habíamos ideado un plan para que ellos dos estuviesen juntos, ambos estábamos de acuerdo que ambos se seguían viendo con ojos de amor cuando estaban juntos, pero yo quería hablar con Louis a solas, simplemente platicar con él y sabía que papá había decidido buscar las cosas para preparar la cena una vez que Louis llegara para no dejarme solo.

Me encontraba sentado junto a papá, esperando a que Louis llegara. Ambos estábamos en nuestro mundo, papá probablemente pensando en cosas de su día a día y yo estaba intentando buscar una manera en la que las palabras salieran de mi boca, no sabía cómo le podría decir lo que sentía y que estaba feliz que él fuera parte de mi vida.

- Llegó a tiempo -. Se levantó a abrir la puerta y ahí estaba él. Vestido de forma simple pero cómoda, y no sé si era por el simple hecho de que por fin sabía la verdad, pero me sentía feliz y cálido con tan solo verlo a unos cuantos metros de mí-. ¿Samy? ¿Estás bien?

- ¿Ah? Sí, claro. ¿Me decías algo?-. Salí de mi trance al ver a papá intentar hablarme.

- Sí, que te quedas ahora con Lou, yo regresaré con las cosas para cenar en un rato más-. Asentí. 

- No te preocupes, Hazz. Estaremos bien los dos.

- Les creo, ya vengo chicos.

Vi a Louis entrar a la casa y empezar a acomodar ciertas cosas que se encontraban fuera de lugar. De cierta forma, entendía por qué él se transformaba en un ser de hogar cuando llegaba a nuestra casa, él había pasado por muchas cosas junto con papá y sabía que una de ellas había sido mi nacimiento... bien, ya era mi hora.

- ¿Lou?-. Él se encontraba limpiando y sacando las cosas necesarias para la cena, yo me paré en frente, simplemente para ver su rostro.

- ¿Sí, Samy?

- Yo... ¿Puedo llamarte mamá?

Louis:

- Tú... ¿Qué?-. La pregunta de Samuel me había tomado con la guardia baja. No pensaba que escucharía esa frase venir de él.

- Yo... digamos que sé la verdad entre papá y tú... y bueno... quería saber si podía llamarte de esa manera-. Sus pequeños ojos verdes me miraban avergonzado y su rostro estaba sonrojado. Parecía morir de vergüenza en su interior y yo moría de emoción por haberlo escuchado decir esa palabra.

- Pero, ¿Cómo que sabes la verdad? ¿De qué estás hablando, Sam?-. Mis manos habían empezado a temblar de la emoción. Si esto era un sueño, esperaba que alguien me despertara, pero si no era así, no quiero que nadie me toque.

- Estando con la abuela me empezó a mostrar fotos mías antiguas, de cuando era bebé o de papá siendo más chico y entre esas fotos, en muchas estabas tú-. Caminé hasta el sofá para poder hablar con él y poder estar en una posición más firme en la que no tuviese miedo de caer por la alegría del momento.

- ¿Y ella te contó? ¿Te dijo que yo...?-. Movió su cabeza de arriba a abajo. 

- Sí, me dijo que tú habías sido quien me había creado y me enseñó esto-. Sacó de entre su ropa una de las pocas fotos que habíamos tomado del momento. Justo cuando nos habían entregado a Samy recién nacido y Harry y yo estábamos emocionados por ello.

- Creía que esta foto solo la tenía yo, es el recuerdo que me llevé conmigo cuando tuve que partir-. Sus ojitos empezaron a cristalizarse.

- ¿Por qué te fuiste, ma? ¿Por qué creyeron que había sido una buena idea el mentir y decir algo que no era así?-. Suspiré. Ojalá esta plática la hubiésemos tenido Harry y yo, pero si Samuel me preguntaba era porque sabía que Harry no sabría qué responder.

- Porque éramos jóvenes e inexpertos y creíamos que nuestras decisiones ayudarían a nuestras familias, pero olvidamos que nosotros dos habíamos creado a nuestra propia familia en el momento en el que tú fuiste creado-. Empezó a llorar y yo también. Ambos estábamos con las emociones a tope.

- Yo... no me vuelvan a mentir de esa forma, por favor. Entiendo sus razones y el por qué lo han hecho de esta manera pero no me mantengan el secreto tanto tiempo-. No pude evitar abrazarlo. Y sabía que este no era un abrazo de amigos, era ese abrazo que había deseado por años poder darle, entregarle ese cariño materno que nunca pude y que él nunca tuvo realmente.

- ¿Nos perdonas a tu padre y a mí? No nacimos siendo padres, Sam. Ni siquiera mis padres o los de Harry lo fueron y nosotros éramos jóvenes y tontos.

- Lo hago, má. No les echaré la culpa de nada, solo quiero saber el por qué lo hicieron.

- Creo que esa es una plática que nos toca a tu padre y a mí darte, no creo que sea bueno que sea solamente yo.

- Está bien, solo quiero saber por qué, no son culpables de nada, lo sé-. Limpió su rostro y volvió a abrazarme-. Ya decía yo que era extraño sentirme tan emocionado siempre que te veía y que no me pareciera a papá en nada. 

- ¿En nada?-. Lo separé un poco y reí-. Eres más idéntico a tu padre de lo que crees.

- Bueeeno... si tú lo dices má-. Sonreímos-. Y dime, ¿Cuándo se dirán papá y tú que se siguen amando? Ya me cansé de verlos lanzarse miraditas cada dos por tres, eh.

¿Soy de un vientre rentado? | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora