Veintiuno.

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Harry:

Pasar la tarde con Louis y Niall había hecho que a mi mente vinieran recuerdos de cuando éramos adolescentes, yo siempre era el que cocinaba para todos ya que mi madre siempre decía que tenía una forma de cocinar única y rica, aunque con el paso de los años dejara de hacerlo, era algo que siempre disfrute hacer.

Llegar a casa había sido dejado una ola de pensamientos en mi cabeza, pensar en las cosas que se vendrían de ahora en adelante era lo principal, el encontrar una forma en cómo decirle a Sam la verdad era algo que me comía por dentro y las imágenes de hace muchos años era algo que volvía a mí.

"- ¡Papá! ¡Papá!-. Samuel tendría cinco años en ese entonces, era un niño extrovertido y carismático y como era de esperarse me recordaba a Louis día con día.

- ¿Qué pasa, Samy? ¿Todo en orden?-. Llegó corriendo hacia mí y lo cargué en brazos. Amaba sentir su cuerpecito contra el mío, era lo más bonito que tendría siempre.

- ¿Cuándo vendrá mami a casa? Quiero verle-. Ese comentario me había asustado. Desde que había aprendido a hablar jamás se había dirigido a nadie como su "mamá", ni siquiera a Marlene le decía así.

- Marlene vendrá en un rato más, pequeño. Ella solamente fue a comprar unas cosas a la tienda-. Con la esperanza de creer que se refería a ella le contesté.

- No, pá. Ella no es mami, me refiero a mi mami, ¿Cuándo vendrá a verme?

- Pronto Sam, pronto."

Mi madre siempre había dicho que eran solo las palabras de un niño, que él realmente no sabía lo que decía o que podría estar mintiendo, era demasiado extraño que de la noche a la mañana dijera esa clase de comentarios.

Marlene había intentado por años hacer que Sam le llamara madre, pero cuando llegó a cierta edad nos dimos cuenta que era un intento en donde nunca llegaríamos a un resultado, para él, ella siempre ha sido y será Mar.

Louis:

Pasar momentos que pensaba que nunca podría vivir era raro, no me quejaba de ello, de verdad que disfruto las cosas por como están sucediendo, pero algunas otras eran extrañas. 

Niall decía que lo más extraño que me pasaría sería el vivir algún momento junto a Harry y a Sam, intentar que los tres convivamos haría que mi cabeza piense en cosas... cosas que me harían ilusionarme si nada salía como quisiéramos.

Había vuelto a abrir mi pequeña caja de recuerdos, aquellos que me quedaron de los años que más disfruté y cuya caja Niall siempre creyó que había tirado cuando nos mudamos a Estados Unidos.

- ¿Por qué siempre me mentiste acerca de esa caja?-. Su voz me había sacado de mis recuerdos al ver las viejas fotografías que había guardado conmigo.

- Lo siento, sabía que intentarías algo al saber de su existencia y la verdad es que estoy bien así.

- ¿Esta fue la caja que te permitió vivir tranquilo durante muchos años estando allá, no es cierto? De aquellas noches en donde recordabas cosas que ya no querías recordar-. Se sentó al lado de mí en la cama, buscando entre los viejos recuerdos que teníamos.

- Sí, principalmente esta-. Saqué una fotografía que mi madre había tomado cuando Samuel había nacido. Éramos él, Harry y yo, yo parecía al punto del colapso por la cantidad de horas que tenía sin dormir y Harry brillaba como nunca lo había hecho en su vida.

- Creo que es la fotografía más bonita que pudieron haber tomado. Es especial.

- Es de mis recuerdos favoritos.

"Habíamos llegado a Estados Unidos hacía tan solo unos cuantos meses atrás, nuestros días en la universidad apenas estarían por empezar y la lejanía estaba empezando a carcomer mi mente, las secuelas del embarazo seguían en mi cuerpo y sabía que tardarían bastante tiempo en poder recuperarme de ello, pero en estos momentos eran el doloroso recuerdo de la guerra que tuve que vivir por mi niño, por mi bebé.

Tenía conmigo unos cuantos recuerdos de los buenos momentos que había vivido, Niall creía que no tenía nada por el dolor pero no pude, quise dejarlo todo atrás e intentar empezar una nueva vida estando aquí, pero mi mente y mi corazón estarían siempre en manos de Harry y de mi bebé, es solo de ellos.

Mi caja de recuerdos contenía fotografías de cuando éramos niños, mi madre las había guardado como pequeñas memorias de nosotros, momentos que pasamos y que pensaba que serían dignos de recordar. Mi favorita era en la que Harry estaba sosteniendo a Samy, todas aquellas que habían sido tomadas en ese día se habían vuelto mis favoritas, no podía dejar de observarlas y pensar en los momentos precisos en los que los vivimos, imaginar las suaves manos de Samy, el ver a Harry cansado por ir por él, la imagen del pequeño pegado a mi pecho... aquellas cosas que habían hecho mi partida casi imposible de realizar, quería vivir con ellos ese momento, no que alguien más lo viviera por mí.

Habían pasado los años y yo seguía teniendo la caja guardada, Niall en algún momento pensó que la había olvidado que de plano me había desecho de ella pero no podía, ni siquiera en mis momentos más difíciles dejé de quererla conmigo, ni siquiera cuando realmente tuve que dejarla ir.

Sabía que estaba mal el aferrarme a mi pasado, pero no podía evitarlo era lo que marcaba gran parte de mí, marcaba mi antes y mi después en mi vida, era aquello que dejé ir."

Dejamos la caja en su sitio y Niall me hizo prometerle que si algún día Samuel se enteraba de la verdad, eso sería lo primero que le mostraría para que viese como sus padres fueron un par de idiotas y que no supieron manejar nada de sus vidas y terminaron arruinándose (en serio, a veces me llegaba a dar miedo la forma en que me contaba las cosa) pero realmente la pequeña caja era algo que sí quería mostrarle y lo haría sin importar nada.

¿Soy de un vientre rentado? | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora