Veintiseis

599 68 20
                                    

Harry:

Volver a besar a Louis se sentía como una vieja golosina que tenía años sin probar y que yo amaba, dulce, sencillo y que me recordaba a miles de momentos que vivimos juntos, sus labios seguían siendo suaves y perfectos, como lo era él por completo.

- Vaya forma de decir que me extrañarte, eh-. Al separarnos, una linda sonrisa se mostró en su rostro.

- Yo siempre te he extrañado, Lou. Y ahora no habrá nada ni nadie que me impida estar contigo-. Sus ojos brillaron y lo abracé. Éramos solo nosotros, solo nosotros dos contra el mundo, así como debió haber sido siempre.

- ¿Qué quieres hacer, Harry? ¿Qué haremos ahora que Samy sabe un poco de la historia?.

- Haré lo que debí de hacer en el momento en el que te quisiste ir, Lou.

Louis:

Dos meses han pasado desde que Samuel nos había dicho que sabía la verdad y las cosas habían pasado lentas pero felices, nos habíamos reunido más, hasta llegar al punto en donde paso más tiempo en su casa que en mi departamento y Niall había empezado a hacer la broma de que debería de mudarme con ellos, pero nunca me había planteado esa idea, ni siquiera había hablado con Harry sobre si teníamos una relación, pero realmente parecía que sí.

- Digo que deberías de decirle a Harry que si te deja llevar tu cama, es decir, ya vives más allá que aquí-. Niall y yo habíamos decidido tener una noche para nosotros y Harry se había ido al cine con Samuel, ambos pasarían un rato de padre e hijo.

- No he hablado con él sobre algo así, pero ambos estamos de acuerdo en que queremos algo.

- Ya era hora, ya nos habíamos cansado de verlo echarse miraditas solamente-. Ambos reimos y seguimos platicando por un rato más, hasta que el sonido de mi teléfono nos sacó de la plática.

- ¿Por qué sigues teniendo su número, Lou? Pensé que habías dejado todo atrás-. Dijo, tan solo al ver de quién era la llamada entrante.

- Acabamos bien, a veces me habla pero por la diferencia de horario es difícil seguir en contacto-. Contesté antes de que terminase la llamada. No quería parecer maleducado-. ¿Hola?

- ¡Lou! ¡Adivina quién acaba de conseguir un trabajo como profesor!-. Reí al escuchar su voz alegre.

- ¿Por fin conseguiste trabajo en donde deseas, tonto?

- ¡Sí! Y lo mejor aún es que es en Inglaterra, por fin podré conocer donde vives y todo eso, Lou-. Mi sonrisa decayó un poco. ¿Conocer a mi familia? ¿Quería conocer todo?.

- ¿Estás seguro que quieres hacerlo? Digo, después de todo lo que sucedió, ¿Sigues queriendo hacerlo?

- Sabes que fuera de eso, siempre quise conocer Londres y sus alrededores. No pasa nada, Lou. Te dije que no tenía intensiones de volver a intervenir en tu vida.

- Bueno, está bien. Cuando llegues a donde sea que te va a tocar dar clases, me avisas para mostrarte un poco de todo.

- Claro que sí, Lou. Por eso has sido la primera persona a la que he avisado, pronto nos veremos, ¡Adiós!-. Y colgó la llamada.

- ¿Qué te ha dicho?-. Niall tenía cara de preocupación.

- Ha conseguido trabajo aquí y dice que quiere verme para que pueda enseñarle la ciudad.

- ¿Estás seguro que quieres verlo? ¿Y si Harry lo ve o algo por el estilo?-. La preocupación de Niall me asustaba.

- No pasa nada, Ni. Si Harry se entera, no veo ningún problema-. Me levanté de la cama para ir al baño, pero antes de salir, Niall me detuvo.

- Pero fue tu prometido, Lou.

- Tú lo has dicho, lo fue. Entre nosotros no hay nada de amor en ese estilo, es un buen amigo pero todo acabó cuando se tenía que acabar.

Harry:

En estos meses he pensado en por fin formalizar lo que tengo con Louis, decirle que viva con nosotros de forma seria y que formalicemos la relación, ha pasado tiempo suficiente y además, nos comportamos más como pareja que como amigos que solamente salen, Sam también me ha dicho que ya debería de decirle al pobre de Lou.

- Entonces, ¿Le dirás que por fin viva con ustedes?-. Era hora de comida en la empresa y Liam había caído de sorpresa a mi oficina, solo para platicar y ponernos al tanto de nuestras vidas.

- Sí, aunque sé que no lo hemos hablado abiertamente, es cierto que vive más con nosotros que en su propio departamento con Niall, incluso él me ha detenido en la escuela y me ha reclamado que le regrese a su amigo.

- Vaya, supongo que tienes más de las de ganar que de perder, solo falta que saques aquel anillo del que me contaste hace años-. Suspiré y abrí el cajón de mi escritorio, sacando un anillo con una bonita piedra de color azul-. Dios mío, todavía lo guardas.

- Lo tengo conmigo desde el día que Samuel nació, aunque sabía que era algo inútil de hacer por nuestros planes, las ganas de dárselo nunca se fueron.

- Solo espero que su dedos siga siendo de la misma medida o morirás de vergüenza.

- Cierra la boca, Payne.

Saliendo de la empresa fui directo a la escuela de Samy. En este tiempo había tomado la costumbre de poder ir por él a la escuela y de paso, de vez en cuando, Louis se nos unía a nuestra aventura de poder elegir qué comer después de clases o incluso era cuando de la nada, simplemente íbamos a algún museo y pasábamos la tarde todos juntos, como en familia.

Llegamos a casa los tres juntos, Samuel corrió a su habitación y Louis y yo nos quedamos solos en la sala, simplemente conversando sobre muestro día y del como iban las cosas de cada uno.

- Entonces, ¿Niall sigue diciendo que le he robado tu amistad? -. Ver la sonrisa de Louis iluminaba mis noches, sus ojitos pequeños al sonreír y sus arrugas a los lados me hacían feliz. No podía evitar el sentimiento de calidez que se instalaba dentro de mí siempre que lo veía, y por ese mismo sentimiento es que estaba seguro de querer dar ese pequeño pero gran paso con él.

- Sí, él dice que ya debería de vivir aquí con ustedes porque ya no paso tiempo con él...

- ¿Lou?

- ¿Sí?

- ¿Quieres vivir de forma definitiva con nosotros? Sé que es un paso muy grande para la relación, pero realmente quiero poder verte por las mañanas al despertar, quiero poder verte desayunar con Samy y verlos juntos convivir... quiero sentir esa calidez que me transmites a mi alma todos los días-. Vi como su mandíbula se abría y sus ojitos empezaban a brillar. Si no lo conociera tan bien, hubiese creído que le había incomodado mi pregunta.

- Sí, quiero vivir con ustedes, Hazz.

¿Soy de un vientre rentado? | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora