Harry:
Había pasado un buen día en compañía de Sam, era bueno que de vez en cuando poder darme un tiempo con mi hijo, siempre intentaba tener una buena comunicación con él, ya que jamás ha podido llevarse bien con Marlene.
Al pasar los años creíamos que Samuel podría llevarse bien con ella, identificarla como una madre pero desde que era niño, nunca hemos escuchado que alguna vez se dirija a ella como "mamá", siempre había Marlene para él y yo era su padre. La familia de ella había sido muy pero muy apegado a él cuando pequeño pero con el pasar de los años se habían alejado por razones desconocidas para mí, antes eran amables y siempre pedían que fuéramos a sus casas para disfrutar de la compañía familiar, pero de cierto tiempo hacia acá, las relaciones familiares habían muerto, no solo dejaron de llamarnos, también dejaron de venir a vernos y eso había sido extraño.
— Bueno Harry, me iré los veo en la noche-. Se despidió de mí con un beso en la mejilla.
— ¿No vendrás más tarde para recibir a tu padre? Digo, tenía años sin venir-. Vi como se detuvo en la puerta para voltearse y sonreír.
— No importa Harry, sabes que así será a partir de ahora-. Y salió.
Realmente ya no tenía ni tiempo, ni palabras para ella. Habían pasado ya varios años desde que intentamos el ser pareja, poder llevarnos bien por el bien de Sam, pero desde que aceptamos que él era un poco indiferente con ella y que realmente yo no la amaba, nos volvimos más amigos que otra cosa y la verdad no tengo ni idea del por qué seguimos juntos.
Me levanté de mi lugar y me dirigí a mi habitación. Si, a mi habitación, desde hace un tiempo que no dormíamos ni siquiera juntos, realmente ya no lo intentábamos más y además, Sam ya no se creía nuestras mentiras de pareja, todos en esta casa sabíamos que vivíamos en una extraña y gran mentira, ni siquiera nos tratábamos como si nos quisiéramos, aquel pobre intento ya había pasado y solamente intentábamos convivir por nuestra salud mental.
El pensar en la familia de Marlene no me traía buenos recuerdos. La ultima vez que su padre puso un pie en nuestra casa había sido hacia ya 3 años y fue en la última navidad que intentamos convivir como familia. El hombre había tratado de persuadirnos para intentar tener otro hijo y realmente no entendía su terquedad con ese tema, y tampoco entendía por qué Marlene no contaba la verdad de todo. Aunque, yo también tenía la culpa de no querer abrir la boca, ya no tenía el mismo miedo de antes, pero seguía sintiéndome un cobarde por no poder darle la cara. Todo era un extraño embrollo, aunque había que admitir que lo que me mantenía a flote era Sam.
De repente escuché la puerta de mi habitación abrirse y el inocente rostro de Sam se dejó ver. Sus mejillas se veían rojas y sus ojos brillosos.
— ¿Papá? ¿Si veremos al abuelo?-. Asentí y deje que pasara y se sentara a un lado mío.
— Sí, vendrá a la noche para cenar con nosotros-. Me abrazó por la cintura y recostó su cabeza en mí.
— Realmente no tengo ganas de verlo, la última vez fue... raro-. Lo vi fruncir el ceño y rei en bajito. Es cierto, aquel día intentó convencer a Sam para que Marlene y yo le diéramos un hermano pero mi pequeño hijo no se dejó engañar por el hombre. Todavía puedo recordar sus palabras.
"— Vamos Samy, ¿por qué no les pides a tus padres un hermano?-. Me encontraba en la cocina preparando los últimos bocadillos de navidad mientras mi suegro intentaba rogarle a Samuel por un hermano.
— Si papi y Mar no quieren otro bebé, no tendré otro hermano, abue-. Podría ser un niño pero sus respuestas siempre me asombraron.
— Oh vamos, será divertido, tendrás con quien jugar en la casa.
— No, estoy bien solito. No quiero un hermanito o hermanita-. Podía imaginar su nariz arrugada, como yo lo hacía cuando algo me incomodaba."
— Lo sé peque, pero sigue siendo tu abuelo y él ha querido venir a visitarnos-. Escuché su baja protesta contra mi torso. Yo solamente sonreía.
- Bien, pero no quiero saber nada de la última vez, fue muy incómodo.
- Lo sé, no me lo recuerdes.
Pasamos el resto de la tarde viendo televisión y ayudando a Sam con sus tareas. La noche empezaba a refrescar y ambos nos decidimos por pedir algo para cenar ya que éramos demasiado perezosos como para hacerlo por nosotros (aunque amaramos hacerlo, éramos flojos) así que nos quedamos viendo televisión hasta que el timbre de la casa sonó.
— ¡Pero mira que grande estás, hijo mío!-. Samuel sonrió de forma forzosa.
— Hola abue, es bueno volver a verte-. Aquel abrazo se notaba ser muy incómodo.
— ¡Oh Harry! Me alegra verte otra vez, hijo. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.
— Lo sé, es bueno ver un poco de la familia después de tanto tiempo.
— Perdónenme por no haber venido antes, la empresa y esas cosas se han vuelto muy pesadas para mí y Marlene no quiere tomar su lugar en la empresa-. Esa era siempre su excusa. El hombre tenía ya varios años intentando convencer a Marlene para que tomara la empresa, pero ella seguía resistiéndose a sus responsabilidades.
— No creo que no quiera estar en la empresa, ese siempre ha sido su sueño-. Respondí de forma educada. La verdad, a como veía a Marlene hoy en día, no creo que tuviese muchas ganas de tener que charlar con una bola de hombres con mentes pequeñas, ella no es así.
— Como sea, no importa que no quiera la empresa, mientras haga lo que le pedí, yo estaré feliz.
— ¿Y qué le pediste, abuelo?-. Sam se veía bastante aburrido con la plática de su abuelo. Es decir, sip, el hombre era aburrido pero debería de no mostrarlo... así como yo.
— ¡Pues que tenga otro bebé, obviamente! Yo tengo una familia grande y ella tiene más de un hermano, no me parece justo que solamente sea Samuel-. Y así empezaba una larga y aburrida noche.
![](https://img.wattpad.com/cover/111623003-288-k215004.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Soy de un vientre rentado? | Larry Stylinson
FanfictionYo no sabía que mi vida cambiaría de un día para otro, hace tan sólo un tiempo que me enteré que la persona que creía que era mi madre en realidad no lo era, aunque daba gracias a ello ya que mi relación con ella no era para nada buena y a causa de...