Nessa [•Pietro Maximoff•] (Anya universo)

Prólogo

•Diciembre 2016•

~México~

En el campo de entrenamientos de aquella estancia tan lujosa, Ava Caro observó a su sobrina Vanessa, la joven de 22 años, pelinegra y delgada cuyos movimientos eran aún algo temerosos, cosa que exasperó a la mentora y "tía política" de la joven. No entendía cómo era que a la más insignificante y desgraciada de sus niños se le habían despertado las mejores habilidades.

Vanessa Caro era una vergüenza para los Caro, al igual que su madre Olivia... Carajo... Ava cómo odiaba a esa perra mustia, la hermanastra de su esposo Astor Caro, el ahora líder de la organización que manejaban... Ava agradecía que Olivia estuviera muerta, que al nacer Vanessa ella no hubiera sobrevivido... pero ¡Maldita sea! Los había dejado con una mocosa más que cuidar y una mocosa que parecía ser una copia de Olivia, tan diferente a los Caro, tan... débil, no entendía cómo fue que su suegro insistió para que se quedaran con la niña, pero después de años, Ava comprendió que valía la pena conservarla, sería una soldado más, un peón más, solo que la niña a veces era tan difícil.

La chica movió los brazos con gracia y torció un poco los dedos de las manos concentrándose y creando una vaga figura sin una forma específica de energía oscura cuyo color eran una clase de mezcla entre el morado y el azul marino. La observó mientras sus ojos copiaban el tono de su creación, todavía no se acostumbraba del todo a verse creando ese tipo de cosas, tembló.

— ¡Haz más! ¡Puedes hacer más, Vanessa! —gritó Ava— ¡Eso no es nada comparado con lo que puedes hacer! ¡ESFÚERZATE NIÑA, CARAJO!

La hija de Olivia Caro sintió la presión de los gritos de Ava, llevaba horas entrenando sin parar, estaba agotada, estaba harta, porque sabía lo que tener esas habilidades significaba y odiaba lo que la obligarían a hacer cuando dominase sus habilidades por completo, porque conocía perfectamente la familia en la que había caido, desafortunadamente. Cuánto no daría por ser una chica normal... pero al parecer aquello era imposible.

Las manos le temblaron todavía más y bajó los brazos, deshaciendo su creación, cayendo en cunclillas y haciendo que su mentora enfureciese.

— ¡No eres más que una mediocre! —gritó Ava— ¡La más débil de todos y con las mejores habilidades! ¡Eres un desperdicio! ¡Justo como la perra de tu madre!

Escuchar a Ava hablar de su madre, la chica enfureció; Vanessa sabía poco de su madre, hacia años se había dado el tiempo de investigar un poco de ella y la verdad le hubiese encantado conocerla, desafortunadamente, no había tenido un calor materno, aunque eso no quería decir que no amase a la madre que nunca conoció y por ello odiaba escuchar a Ava, Astor, sus otros dos tíos Emma y Felix y en algún tiempo a su ahora difunto abuelo, hablar mal de ella, estaba harta de que todos en su entorno hablasen mal de su madre.

Trató de respirar profundamente para tranquilizarse y miró fijamente hacia el suelo, estaba harta de esa familia, pero escapar no era tan sencillo.

Pronto sin que se lo esperase, recibió una fuerte patada por parte de su mentora, que iba con toda la intención de humillar a la chica, pues sabía que los demás la estaban observando. En efecto, tras esa acción hubo algunas risas de 7 jóvenes que igual gozaban de reírse de la prima a la que llamaban "huérfana".

Astor Caro se acercó a donde escuchó las risas de sus 4 hijos y sus 3 sobrinos y observó el entrenamiento de la que él consideraba "la más bonita pero igualmente débil y patética" de los Caro... y es que no evitó pensar que de cualquier manera era claro que ella no era de su sangre... observó junto con sus niños la forma en la que Vanessa cayó y cómo Ava siguió caminando alrededor de ella.