Nessa [•Pietro Maximoff•] (Anya universo)

11. ¿Realmente Enamorados?

— ¿Qué es el shawarma? —preguntó Nessa mientras se llevaba a la boca el último bocado de panini, al tiempo que se le escapaba una risita confusa.

—Pan pita con carne y especias, es delicioso—respondió Tony, al ver la confusión en el rostro de su hija, continuó con la explicación—. El pan pita es pan plano, casi como tortillas...

—O sea que es un taco de carne y ya...—mencionó la joven sin pensar, dicho comentario hizo que ella, Pepper y Tony comenzaran a reír.

—Básicamente...—dijo Tony entre risas.

Luego de que Pepper se aseguró de que su bebé estaba profundamente dormida, analizó a Tony y a Nessa mirarse y reír y logró conmoverse y también convencerse alegre de que el amor de padre e hija entre ellos estaba creciendo, aunque ninguno lo dijera, aunque Nessa no lo llamase "papá" ni Tony a ella "hija". Podía ver en los ojos de Nessa la alegría que le producía el al fin sentirse parte de algo, parte de una familia, y el hecho de notar aquello, solo hacía que Pepper sintiese más afecto por la joven, definitivamente, estaba dispuesta a convertirse en una madre para ella, después de todo, nunca era demasiada tarde para intentar llenar ese vacío que la acongojaba.

Nessa estaba disfrutando mucho del desayuno familiar, era algo a lo que le gustaría acostumbrarse, porque ahí sentía verdaderamente calor familiar. De pronto, le vinieron a la mente los desayunos o cenas importantes de los Caro, en los que Astor se lucía y presumía de todo lo que estaba logrando,  y Nessa siempre se hallaba en la parte de atrás, callada y como si no existiese, siempre sin sentirse parte del colectivo al que Astor se refería cuando expresaba todo su orgullo; también de pronto recordó todos los días que vivió en ese lugar y los desayunos diarios, en los que ella siempre estaba apartada y la trataban siempre como menos de una manera u otra, dándole menos comida y siempre recordándole que debía estar agradecida por las migajas que recibía. Recordó aquella soledad que la invadía todos los días y a casi toda hora y cómo sintió que nunca sería merecedora de una familia que la quisiera, eso de pronto le dio una sensación nada agradable que hizo que su gesto cambiase, de pronto se preguntó si merecía que la quisieran después de toda una vida de crueldad y rechazos. Tanto Pepper como Tony notaron el cambio en la expresión de la pelinegra y se dieron una mirada fugaz, aunque Tony decidió no preocuparse demasiado, pues pensaba que se debía a algún cambio hormonal, y no a los fantasmas que la perseguían, y ¿cómo culpar al millonario? Si a penas estaba conociendo a su hija mayor, a pesar de ya haber empezado a quererla todavía se resistía un poco a involucrarse por completo, para Pepper fue lo opuesto y sobre la mesa le tomó la mano a Vanessa de manera afectuosa.

— ¿Todo bien, cariño? —le preguntó maternalmente.

Nessa reaccionó, y luego de mirar la mano de Pepper sobre la suya de una forma que sintió tan amorosa, levantó la mirada para mirarla a ella.

—Ahh... sí, no te preocupes, Pepper, todo genial... solo... tuve algunos recuerdos...—dijo.

— ¿Recuerdos? —cuestionó Tony.

—Sobre... los Caro—admitió Nessa con pena—. Es que... nunca me sentí parte de ellos y... creo que es increíble como ustedes me han dado un lugar en este tiempo... pensé que nunca sería parte de una familia...

Conforme habló, la voz se le fue quebrando y los ojos cristalizando, pero trató de contenerse para no llorar, eso conmovió mucho a Tony, pero no se atrevió a pararse y abrazarla por alguna razón. Por un momento se preguntó qué habría pasado si hubiese sabido de su existencia hace años, si las cosas hubieran sido diferentes, y suspiró mientras veía a Pepper abrazando a Vanessa y después desvió la mirada para ver a Morgan dormida en la carriola.

—Pero ya no pienses en eso—le dijo Pepper a Vanessa—. Nunca tendrás que volver ahí... tu lugar es aquí, con nosotros.

—Gracias—Vannessa sonrió y suspiró tratando de deshacerse de la tristeza—. Pues sí, mejor ya no pensar en eso.