Nessa [•Pietro Maximoff•] (Anya universo)

29. Libre

Astor Caro intentó ponerse de pie entre tambaleos, solo para ser recibido por una figura de energía lanzada por Vanessa, por ende, volvió a caer.

Su joven sobrina alcanzó a esbozar una ligera sonrisa que denotaba que por primera vez en su vida, estaba orgullosa de algo que hacía. Al fin podía obtener la justicia que no solo ella, sino sus padres también merecían, pues ahí estaba Astor en el suelo a causa suya.

—Ahora voy yo—dijo Tony esbozando una sonrisa por debajo de la armadura y alzando el brazo para apuntarle a Astor, aunque de pronto reflexionó y bajó el brazo—. Nah... se siente mejor darle un golpe directo.

Tony puso en acción sus palabras yendo hacia Astor y soltándole un golpe en la cara, que le volvió a dificultar al hombre pararse.

El líder de la familia Caro tenía ya el rostro hinchado de tanto golpe y comenzó a resentir los pasados momentos en batalla. Gracias al último golpe de Stark tenía la nariz rota y totalmente ensangrentada, pero a pesar de que su cuerpo estaba débil, su voluntad y su orgullo eran más fuertes. No podía permitir que Stark le volviera a quitar lo que deseaba. Observó a su alrededor, su inminente derrota, sus niños vencidos, su mano derecha y cuñado muerto. A esto quedó reducido su legado, su arduo trabajo... su nombre. Tal vez a partir de ese día se quedaría sin nada, tal vez iría directo a su tumba, pero decidió y se recalcó que no iba a irse solo, aunque los Vengadores le ganaran, no iba a dejar que Stark le ganara, así que volvió a divisar a Vanessa que se tomó una de las muñecas que tenía lesionada tratando de disminuir la incomodidad que empezó a sentir, soltó una mueca y se distrajo con todos los ruidos de alrededor, las sirenas de las ambulancias, bomberos y policías, los gritos y llantos no solo de personas, sino de algunos animales que rondaban las calles.

Astor Caro sonrió armando su último golpe para Tony Stark, que volvió a acercarse para golpearlo, pero esta vez, Astor puso resistencia y con la fuerza que le quedaba, con sus poderes tomó un gran tronco de un árbol.

—Si me voy al infierno, tu hijita se viene conmigo—pronunció el patriarca golpeando fuertemente a Iron Man con el tronco y separándolo así de él.

— ¡Papá! —gritó Vanessa preocupada y corriendo con intención de ir hacia Tony pero cometiendo el error de no ver a Astor que aprovechó para golpearla ahora a ella como lo hizo con Tony, pero ahora con tanto odio que hizo también que con su golpe rompiera la puerta de lo que parecía un edificio viejo y ella cayera dentro de este.

Nessa rodó un par de veces y sintió un dolor punzante en el hombro, por lo que se lo tocó e hizo otra mueca de dolor al intentar moverlo.

Intentó reincorporarse y escuchó un llanto agudo que pudo identificar como el de un gato pequeño. Buscó con la mirada y en una de las esquinas estaba un gatito que no debía ser mayor a dos meses, su pelaje era café y algo atigrado, una criatura completamente hermosa, pero desaliñada y débil. Era tan pequeño e indefenso y no podía dejar de temblar.

— ¡Ey! —pronunció Vanessa arrastrándose y llamando la atención del gato que le maulló y trató de dar un paso atrás—. ¡Sal de aquí! Ya... vete...—le dijo sabiendo lo que pasaría a continuación, el gatito volvió a soltar un maullido a modo de llanto—. ¡Vamos, vete!

Un segundo más tarde, Astor entró al lugar y Vanessa se reincorporó entre zancadas.

—Terminemos con esto de una buena vez, mi chiquita—le dijo—. He esperado 20 años para esto.

—Puedo decirte lo mismo—le respondió ella generando una figura de energía y dirigiéndola a su tío, que la esquivó y en una maniobra le hizo una llave, torciéndole el brazo a la chica aún más y provocando que pronunciara un alarido de dolor, mientras trataba de pensar en una manera de zafarse.