18. Arrepentimientos

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Al tiempo que Nick Fury daba unas palabras en honor a Howard Stark, Tony lo observaba mover los labios, pero no entendía ni una palabra de lo que decía  y es que mientras estaba cruzado de brazos no dejaba de pensar en su hija veinteañera, y en el estado en que la mandó a su habitación; un montón de emociones lo invadieron sin que se diera cuenta y lo deseara, la más grande fue la decepción que a la vez le provocó estar muy molesto.

— ¡¿Cómo se le ocurrió?! ¡Es que es increíble! —masculló el millonario.

Esto llamó la atención de Pepper que identificó la molestia de su pareja.

—Relájate amor, ya habrá tiempo de hablar con ella mañana, pero no seas tan duro...

Tony torció los ojos y bufó.

—Que no sea tan duro con ella... ¡Lo arruinó, Pep! —exclamó, tratando de hablar lo más bajo posible—. Justo cuando pensé que podía empezar a reconocerla... ¿Y si esto es una señal?

— ¿Señal de qué? Deja de sobrepensar las cosas, Tony, y mañana habla con ella. Ahora cállate y sonríe.

Voltearon al frente justo a tiempo para cuando Nick pronunció el nombre del hijo de Howard Stark para que subiese con él.

Entre tanto, Pietro seguía en la habitación de Nessa y la observó girar de un lado al otro en la cama al mismo tiempo que soltaba quejidos.

La había cambiado de ropa a algo más cómodo para dormir y había dejado el vestido extendido en la silla del tocador, estuvo a punto de irse en cuanto terminó de cambiarla, pero algo en él se lo impidió, no quería irse, no quería dejarla así, y ya llevaba un rato viéndola dormir intranquila.

El velocista suspiró y le acarició la cabeza a ella, para después besarle la frente.

—Voy a arreglar esto, te lo prometo.

[...]

A la mañana siguiente, Vanessa no tuvo ni las fuerzas para levantarse de la cama, tenía muchísima sed y una migraña espantosa. No recordaba exactamente lo que había pasado la noche anterior después de los shots, pero sí recordaba perfectamente lo que la había llevado a beber. Eso hizo que desease hundirse en su malestar con tal de no salir y no ver a Pietro Maximoff y seguramente a la mujer con la que había estado la noche anterior. No deseaba romperse más el corazón.

La chica se quejó al escuchar que tocaban la puerta y con mucho esfuerzo abrió los ojos y soltó un quejido.

— ¿Cariño? ¿Estás despierta? Voy a pasar...—escuchó la voz de Pepper, que no tardó en abrir la puerta y entrar teniendo en mano una bandeja con un batido de plátano, fruta con yogurt y un sándwich de queso y huevos, además de agua y un ibuprofeno— ¿Cómo te sientes?

La mexicana se talló los ojos y trató de sentarse.

¡Ay! De la chingada...—admitió.

Pepper levantó una ceja.

—Sí te entendí, linda... ¿Así de mal? —Nessa asintió y Pepper se acercó más—. Te traje el desayuno, te ayudará a sentirte mejor, es lo que le daba a tu padre cuando se ponía así...

— ¿Crudo y sin ganas de vivir?

—Ajá...—respondió Pepper sin parpadear y procediendo a sentarse junto a la joven—. Anda, come, después te tomas la pastilla.

—Gracias—dijo la chica en voz baja y empezando a comer.

De un momento a otro volvió a pensar en lo sucedido con Pietro, provocando que los ojos se le cristalizaran, así que bajó el sándwich al mismo tiempo que la mirada.

Nessa [•Pietro Maximoff•] (Anya universo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora