-¡Terry! ¿Qué te ha pasado? ¡Contéstame!- asustada y sorprendida por la intromisión del castaño a su recámara se quedó viéndolo en el suelo emitiendo un quejido de dolor.
-Era tu cuarto pequeña pecosa, se equivocó, lo siento- una ironía hacía apenas unas horas quería traspasar las paredes para verla y ahora estaba ahí frente a ella.
Candy enciende la luz para verlo, no era normal verlo así, Terry era fuerte incluso la había defendido de Neal y los otros, se da cuenta de su verdadero estado y se angustia –Terry tienes sangre estás todo lastimado- le dolía verlo así, como era posible que siempre buscaba el peligro, salir en plena tormenta a cabalgar, con el peligro que le cayera encima un rayo, ahora estar así de golpeado, como si quisiera muy poco su vida, con ese pensamiento quiso llenarlo de consuelo, aun sin saber el motivo que lo empujaba a ser tan impetuoso.
Voy a curarte- en su voz se notaba tristeza, una lagrimita peleaba por salir de su cuenca, la retiró rápido para seguir con su tarea, acercó una jarrita de agua y el alcohol y con un pañuelo de seda con sus iniciales iba limpiando su rostro que tenía una hilera de sangre en la ceja y el labio, no pensó en lo cerca que estaba de su rostro, en ese momento su encomienda era ayudarlo.
-Dime que has hecho- cuando los niños del hogar de Pony se lastimaban su forma de calmarlos era platicando y así no se complicaba tanto la tarea de curación. -tuve una pelea por algo estúpido- Terry apenas recordaba lo que habría originado la pelea, estaba tan ebrio que no pensaba en lo que hacía, aún se sentía mareado por el alcohol, pero la borrachera se le fue bajando a medida que Candy lo iba curando, pues le ardía donde le iba limpiando, aunque el toque de sus manos era como el aleteo de una mariposa que se le iba metiendo bajo la piel, sus heridas abiertas dejaron entrar a Candy hacia dentro de su corazón poco a poco.
-¿Parece que fue muy brava no?- Candy lo veía quejarse por el ardor que producía el alcohol en su piel lastimada, iba soplando cuando le pasaba el pañuelo, pasaba sus manos por su cara para detectar si tenía más heridas, aunque solo eran moretones que empezaban a aparecer y la herida de la ceja empezó a hincharse, no era consciente de la cercanía y del efecto que producía en el corazón del castaño, Dios, estaba en la gloria, verla así de cerquita, preocuparse por él, era el mejor bálsamo para sus dolores, si no estuviera tan necesitado de auxilio sería una buena oportunidad.
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MIS PRIMERAS VECES
FanfictionCandyfic Candy nos abre su corazon de adolescente, aun con el dolor de haber perdido su primer amor. En esta historia veremos sus primeras veces. Candy y Terry. NO ME PERTENECEN LOS PERSONAJES DE ESTA HISTORIA. ESCRIBO SOLO POR ENTRETENIMIENTO.