MIS PRIMERAS VECES

SUEÑOS PROMESAS Y DECISIONES

-los personajes no me pertenecen, escribo solo por entretenimiento-

ADVERTENCIA: ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS DE VIOLENCIA.

El sábado temprano dos carruajes de los Andrew salieron con los chicos Cornwell, Candy, Annie, Patty y desafortunadamente nada pudieron hacer por evitar que fueran los hermanitos Leagan, la tía abuela en un intento por conciliar a la familia y darles una segunda oportunidad los incluyó en los invitados a la celebración del menor de los Cornwell, además que sería muy mal visto si los excluyera de un evento que prometía ser un gran acontecimiento de la sociedad.

Terry y Cameron salieron la noche anterior al hotel Savoy en un vehículo de la misma familia. Ambos guapos jóvenes convivían cordialmente y tenían muchos aspectos en común, después de quedarse frente a la chimenea un rato conversando se dispusieron a descansar. Terry se movía de un lado a otro en su cama, una inquietud hacía cada vez un hueco en su pecho, lo que había discutido con el Duque días antes lo tenía muy preocupado.

Por un lado estaba su preparación para el ducado, que ahora le absorbería más tiempo y su padre le había pedido que también acudiera a Oxford para realizar sus estudios de Derecho, todo sonaba conforme al plan que ya había aceptado para sí mismo, pero algo no lo satisfacía. Si bien las cosas con el duque iban mucho mejor y ya no era necesario que fuera obligado a nada porque su relación era más estrecha, no se visualizaba a futuro como todos aquellos aburridos miembros de la cámara de los Lores donde reinaba siempre la pedantería y la prepotencia, el ser un heredero al ducado le daba un nivel superior a todas las demás clases sociales, aún más que la de los Andrew, pertenecer a la nobleza era para él un estigma más que un privilegio, su alma añoraba libertad. Con Candy ya había platicado de eso, y la pecosa estaba dispuesta a apoyarlo en lo que él decidiera, tal vez no sería tan malo seguir los pasos de su padre, pero ahora al estar más cerca de que su vida tomara ese curso, ya no estaba tan seguro.

El plan que tenía para casarse con Candy ya no podría llevarse a cabo en un futuro próximo, sino que debía esperar, eso le desalentó sobremanera, pues ya tenía trazado su meta a corto plazo, ahora todo estaba muy incierto con el escandaloso divorcio del Duque y la Duquesa. Richard Grandchester se la vivía en el Hotel Savoy y en la Corte esperando noticias de su situación, esa noche finalmente conoció a Cameron Jones, charlaron acerca de ambas familias y un atisbo de esperanza brillaba en los ojos del chico que durante muchos años estuvo apartado de la sociedad londinense, ahora tenía grandes amigos, sobre todo Terry con quien había platicado de su futuro y de su presente con Candy, estaba admirado de la sincera relación de los rebeldes y envidió un poquito la felicidad que reflejaba el castaño al hablar de su pecosa.

-Espera que la veas trepar árboles es verdaderamente un tarzan con pecas jajajajaja- la risa sonora de Terry llenaba la habitación –¿Así la llamas? ¿Tarzan con pecas? ¿No crees que sea un insulto más que un tierno apodo?-

-¡Vaya ya le salió un defensor a mi pecosa!- se cruzó de brazos –¿No será que te gusta?- el atrevimiento del castaño al hacerle esta pregunta era como para tantear los sentimientos de Cameron, pues su novia era deseada por más de uno y no seria raro que también su nuevo amigo haya caído en el hechizo de sus encantos –espera, espera amigo, no quisiera incomodarte con lo que tengo que decirte, Candice es muy agradable, incluso me recuerda a alguien, cuando la conocí me impactó mucho, pero no de la manera en que supones, es algo más fraternal, además no es de caballeros mirar con otros ojos a la novia de un amigo, yo asumo que no eres el único al que ha conquistado porque habría de estar ciego para no darse cuenta de su belleza y su simpatía- Terry se volteó hacia la chimenea y su expresión se endureció –amigo creo que debes aceptar que ella siempre será muy notable, a donde vayas habrá mas de uno que volteé a verla y esos celos tuyos pueden ahuyentarla- una media sonrisa torcida y un pequeño bufido salio del rebelde mientras acariciaba sus largos cabellos hacia atrás con una mano.