LA SEGUNDA COLINA DE PONY

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La clase de matemáticas estaba por iniciar en el salón mixto donde los varones ocupaban el extremo izquierdo del aula con vista a los jardines y el lado derecho por las señoritas, aún estaban adaptándose a esta nueva forma de educación, pues se requería de mucha vigilancia en cuanto al respeto, los modales, la convivencia, los trabajos colaborativos, pues algunas señoritas aprovechaban para quedarse a solas con sus compañeros con el pretexto de alguna tarea. Candy entró a su salón y observó la presencia de varias personas conocidas, Patty O'Brian, su vecina de cuarto y Eliza Legan, la titular de sus pesadillas, pero la rubia tenía el propósito de ser mejor cada día y creyó en que debía darle una oportunidad a la pelirroja, pues tal vez había cambiado después de haber padecido ambas el dolor de la pérdida de su muy querido Anthony.

Tal vez estaba siendo ingenua, pero tenía la creencia que hay que pensar siempre lo mejor de los demás como le enseñó la Srita. Pony, pasó por su lugar y saludó:

-Hola Eliza, buenos días, seremos compañeras de clase- con una sonrisa serena dijo Candy. Arqueando su ceja y torciendo la boca, se quedó callada sin regresarle el saludo, luego volteó la cara con desdén al lado opuesto. Candy siguió su camino y fue a sentarse al fondo del salón junto a la morena Patty.

Su cabello ahora más largo hacía que luciera más sus rizos rubios y sus ojos esmeralda reflejaban serenidad, no era coqueta, ni altiva como las demás chicas, a todos los que estaban a su alrededor sonreía, eso atrajo varias miradas de los jóvenes que estaban en el salón de clases; también al lado se encontraba Maxwell un compañero pelirrojo lleno de pecas, que al llegar Candy a su lugar abrió los ojos sorprendido por la belleza de Candy, se puso de pie y le hizo una media caravana, -Buen día Señorita, me presento, soy Maxwell Strauss, a sus pies.- ella sorprendida por esa galantería de parte del chico, le sonrió y asintiendo con la cabeza contestó: -encantada Maxwell, soy Candice White Andrew- le dio la mano y el chico la estrechó con educación. Esta escena la presenció Eliza, que muy a lo lejos no dejaba de intrigar con sus amigas sobre Candy, y mientras veía el saludo urdió un plan para hacerle pasar un muy mal rato a la huérfana.

Candy no era la gran eminencia en la materia, al terminar la clase volteó con Patty y le preguntó: -¿Patty tu entendiste lo de Trigonometría, me podrías explicar?- A lo que la castaña le respondió: -Ahora no puedo Candy, debo de ir a hacer una diligencia, nos vemos después-. Patty recibió en clase una nota de parte de Eliza, donde la esperaba afuera del salón.

Entonces con una sonrisa amable el chico pecoso intervino: -Candice si gustas puedo explicarte el tema de trigonometría, tengo todo el tiempo del mundo-

-Gracias Maxwell, te lo agradecería mucho- estaba explicando todo en relación al tema y Candy cada vez se hallaba más confundida, el chico se fue acercando más a medida que seguía señalando el problema en su libro. Percibiendo el aroma de rosas de Candy, de repente empezó a estornudar y se disculpó con Candy diciendo que era alérgico a las flores, le empezaron a llorar los ojos y siguió aguantando hasta que sintió que se le cerraba la garganta y hablaba ronco. –¿Max, te encuentras bien?- el chico trataba de seguir ayudando a Candy cuando empezó a toser profusamente y salió rumbo a enfermería dejando a Candy a medias en la explicación.

Ya era hora de la comida y fue al área de comedor a buscar a Patty, le extrañó que saliera tan de prisa del salón.

-¡Patty! Te estaba buscando, le dijo en la fila de entrada al comedor

-Candy, e-es que tenía que-e ir a enviar unas cartas-. no hallaba como zafarse de la mentira.

En eso a unos metros varias chicas estaban en grupito y murmuraban entre ellas, luego se oyó una risa escandalosa muy conocida, pero antes que volteara a ver de quien se trataba escuchó que la llamaban.

MIS PRIMERAS VECESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora