EL QUINTO DOMINGO

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Los personajes de esta historia no me pertenecen. Escribo solo con fines de entretenimiento.

Terry había permanecido en silencio desde que ella confesó el motivo de su dolor, sosteniéndola de los brazos y siendo el apoyo que ella necesitaba para soltar el llanto. Por la cabeza de Terry pasaron muchas cosas en ese lapso, le calaba en el orgullo que ella hablara de alguien más, no quería admitirlo pero los celos lo transformaban y estuvo a punto de gritarle y despreciarla por haber dado su corazón a otro chico, ese chico que ya estaba muerto pero no para ella, algo en su cabecita le decía que no debía actuar impulsivamente en ese momento, aunque su corazón le gritara lo contrario. Fue una tarea extremadamente difícil contener su temperamento y dominarse hasta que su respiración fue tranquila, y al escuchar que los sollozos de Candy cada vez eran menos, la atrajo a su pecho y la abrazó acariciándole los cabellos.

El ruido de un trueno los distrajo y Candy fue ubicando el lugar en el que estaban y la situación comprometedora que podría suponerse si alguien los encontraba ahí. Sin decirse nada, ambos fueron soltándose sin verse a los ojos y salieron caminando de las caballerizas. Candy sentía que algo había cambiado en ella, haber dicho el nombre de su primer amor frente a Terry le había quitado ese misticismo al recuerdo de Anthony, se había abierto frente a él y él se había quedado con ella hasta el final, dándole lo que necesitaba en ese momento.

-Teodora es un nombre muy bonito para un caballo, es un ejemplar hermoso- fue la frase que Candy usó para romper el silencio.

-Mi padre eligió ese nombre porque es una yegua fuerte y la emperatriz que llevaba ese nombre fue un personaje importante en la historia del imperio romano, aunque sus orígenes eran cuestionables, fue una mujer que dejó huella e hizo muchos cambios en su tiempo, como fue el reconocimiento de los hijos bastardos y el matrimonio en clases sociales diferentes-. Dijo pensando un poco en que tal vez no era un desatino el nombre y en lo que la esposa de Justiniano logró a pesar de los prejuicios de la sociedad de entonces.

-Vaya historia, tu padre debe ser un hombre muy inteligente-

-Eso creo, aunque hubo momentos donde no lo fue tanto- Terry detuvo sus pasos pues ya se estaban acercando al edificio y Candy volteó a verlo. El se quedó viendo el cielo que empezaba a cubrirse por los nubarrones grisáceos que oscurecían la tarde.

-Candy, él quiere conocerte- lo dijo sin verla aún.

-¿Tu padre? ¿Quiere conocerme a mí?- lo dijo con una voz aguda y algo chistosa cambiando totalmente el tono serio de la conversación.

-Así es pecosa- volteó a verla –él quiere conocer a la enfermera tarzán que dejó solo a su paciente por salirse del colegio, con el riesgo de morir desangrado- volvió a su tono irónico para seguirle el juego.

-¡Terry, eres un malcriado! ¡Salí para ir por los medicamentos y tú no me esperaste!- le dio un manotazo en el brazo haciéndolo reír. –Jajaja pecosa, tus puños preceden a tus palabras- seguía riendo y Candy se avergonzó de pegarle.

–Bueno, bueno, ya hablando en serio Terry, cual es el protocolo para una visita a un Duque, ¿Tengo que pedirle a las religiosas que me consigan una chaperona?- diciendo esto se imaginó a la hermana Grey con su cara de sepulcro.

-No es una visita protocolaria pecas, simplemente debes ser tú, además en los jardines del castillo hay muchos árboles para que muestres tus habilidades de tarzán, jajajajajajaja- se hizo acreedor a otro manotazo que éste esquivó haciéndose a un lado. -¡Terry!-

MIS PRIMERAS VECESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora