C a p í t u l o - 4.

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Todos estaban en silencio por la acusación del omega. WuXian se puso de pie y dio varios pasos al frente, claramente enojado. Sólo el tirón de la cadena en sus manos le retuvo para que dejara de avanzar. Xiao XingChen se acercó hasta él y le tomó para taparle la boca y obligarlo a inclinarse, al mismo tiempo el beta agachaba la cabeza a manera de respeto.

—Mi príncipe lo sentimos mucho, el chico es algo... temperamental—dijo Xiao XingChen tomando la responsabilidad. —Él no sabe de los protocolos, ni siquiera es de aquí...

Lan QiRen tenía una expresión de total indignación. —Sabía que era mala idea, ese omega no está educado para esto.

QinghengJun alzó una mano para pedir un poco de silencio en la sala, miró a Wei WuXian con una leve sonrisa, no lucía molesto por su comportamiento, incluso parecía que lo esperaba. A pesar de todo estaba feliz, pues su hijo menor seguía con la vista clavada en el omega.

El rey se aclaró la garganta y señaló. —Hijo, es tuyo, traído especialmente para ti. Tú eliges qué hacer con él. Si quieres que lo reprendan sólo pídelo.

Wei WuXian abrió los ojos con temor, en seguida miró a Lan WangJi, su corazón latía con fuerza mientras esperaba alguna respuesta. El segundo Lan negó, demostrando que no quería que castigaran a WuXian. Cosa que lo tranquilizó un poco, pero aún seguía temblando, era una mezcla entre molestia y miedo lo que invadía su cuerpo. Jamás se había sentido tan amenazado en su vida, además de ser humillado de tal forma, era tratado como un simple animal exótico.

—Bien, el príncipe ya decidió—anunció el rey delante de todos, después hizo un gesto a los hombres. —Pueden llevárselo, él irá después.

WuXian sólo pensó que las cosas iban de mal en peor, su primera reacción fue intentar escapar. El omega forcejeó pero los soldados ni siquiera se inmutaban antes sus golpes y jalones. Ciertamente estaba causando furor en la celebración, todos le miraban con incredulidad por sus acciones.

La desesperación se podía leer en su rostro, al menor le importaba poco que todos los invitados le viera, al contrario, quería demostrar que estaba ahí contra su voluntad, quizás sólo así alguien le ofrecería ayuda para salvarlo de su horrible destino. Pero eso no pasó, las personas sólo se alejaron, como si el hecho de tener contra su voluntad a alguien fuera lo más normal.

Los ojos grises miraban cada rostro pidiendo auxilio de forma silenciosa. Pudo ver a Wen Ning y a MianMian a lo lejos que parecían preocupados, pero ambos permanecieron en su lugar con el resto de omegas del harén. Otros tantos parecían mirarlo con desagrado por su comportamiento y por último estaban los que comentaban lo hermoso que era el nuevo omega del harén. Asegurando que en el futuro lo educarían para que actuara de acuerdo a su puesto.

Y ahí, entre tantos rostros desconocidos notó dos figuras familiares.

Cerca de la familia real Lan también estaban la reina Yu ZiYuan y el príncipe Jiang WanYin, ambos mirando a Wei WuXian.

—¡Reina Yu ZiYuan!

En cuanto dijo esas palabras todos giraron para ver a la mujer, quien sólo desvió la vista y bebió de su copa como si no comprendiera lo que sucedía. WuXian supo que sería inútil decirle algo, después de todo los guardias de ella se habían encargado de hacer el trabajo sucio. Pero aún quedaba su última esperanza.

—¡Príncipe WanYin! —En esta ocasión el príncipe hizo un pequeño gesto de moverse, pero la reina lo detuvo. WuXian insistió nuevamente con voz suplicante. —¡Jiang Cheng!

La reina susurró algo al príncipe Jiang, después de eso los labios de Jiang WanYin delinearon un "lo siento", pronto el rostro del Jiang se volvió frío e indiferente como el de su madre.

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora