C a p í t u l o - 3 5.

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El omega se encontraba recostado sobre la cama con una única túnica interior puesta, y sus ojos algo entrecerrados por el sueño debido a que apenas despertaba. Desde su lugar miraba atentamente como Lan WangJi terminaba de vestirse para salir y atender sus deberes.

Tenía poco que QinghengJun había partido rumbo a Yunmeng, desde entonces los días se tornaron bastante tensos.

—No hemos tenido noticias de Yunmeng—murmuró WuXian sentándose lentamente sobre la cama. —¿Qué ha dicho el consejo?

Lan WangJi se acercó hasta situarse a su lado. —Están al tanto de todo, han empezado a comunicarse con los reinos Nie y Jin.

—Tengo entendido que la hija de la reina Yu ZiYuan se casó con el heredero a la corona de LanlingJin, ¿por qué ellos no han ayudado en la guerra para defender a Yunmeng?

Uno de los motivos por los cuales los reinos hacían esa clase de alianzas matrimoniales era para tener beneficios, la protección solía ser uno de ellos, por lo tanto, era extraño que LanlingJin no hubiera metido las manos aún, en especial cuando el príncipe que tomaría la corona se había casado con la primogénita de los Jiang.

—Parece qué hay problemas internos en el reino Jin —dijo Lan WangJi sin terminar de convencer al omega.

—Así que están muy ocupados resolviendo problemas internos e ignoran la masacre que se está llevando afuera —Wei WuXian sonaba ligeramente indignado—. Esta guerra los afecta también, deberían dejar sus asuntos para después y priorizar algo que podría repercutir a su pueblo.

—No sabemos qué tan serio es su problema.

Debía ser muy grande para fingir ignorancia y hacer oídos sordos, pero Wei WuXian pensaba algo un tanto diferente.

—Para mí que el rey GuangShan no quiere ensuciarse las manos —refutó recordando a ese hombre tan desagradable. —¿Cómo alguien así llegó a ocupar el poder?

WuXian había comenzado a alterarse, por lo que Lan WangJi le acarició de los hombros para tranquilizarlo. —Calma.

Respirando profundo hizo de lado el tema, en su lugar preguntó otra cosa. —¿Cómo está tu madre?

Una de las personas que más se había afectado por la partida del rey QinghengJun fue la reina, quien, aunque lucía su semblante afable como de costumbre, también existía tristeza en sus ojos, era innegable cuán afectada estaba, incluso si ella intentaba demostrar lo contrario. Dentro de lo que cabía era al mismo tiempo una de las personas más estables, siempre dando palabras de aliento al resto sin olvidar sus deberes, siendo de todos la que mostraba mayor fortaleza.

Lan WangJi procuraba estar atento a su madre, desde niño, en cada ocasión en la cual su padre salía del palacio y ella se quedaba, era él quien solía acompañarla.

—Ella es fuerte —dijo Lan WangJi con admiración hacia su madre.

WuXian sonrió y le tomó de la mano. —Iré a verla más tarde, llevaré a A-Yuan, tal vez con eso despeje su mente.

La reina se había ocupado tanto con los deberes, WuXian debía forzarla a descansar algunas veces, un momento libre le sentaría bien.

Lan WangJi se veía agradecido de que Wei WuXian también estuviera al pendiente de su madre. De hecho, estaba más tranquilo cuando WuXian y la reina se encontraban juntos.

—Suena perfecto —dijo levantándose por fin al no poder retrasar más su trabajo—. Yo tengo otros asuntos y cartas que leer, estaré ocupado.

WuXian sonrió de lado. —Podría preparar una tina para los dos en la noche.

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora