C a p í t u l o - 1 6.

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La habitación estaba repleta de feromonas de alfa y omega. Wei WuXian trataba de controlar su respiración, sus ojos estaban fijos en el alfa que le abrazaba con fuerza al mismo tiempo que le repartía algunos besos en su rostro.

Acababan de hacerlo por segunda vez en la noche y aún les quedaba bastante energía a ambos, en especial a Lan WangJi. Lo esperado era que el alfa se lanzara sobre WuXian una vez más, pero increíblemente este se alejó. Levantándose de la cama buscó una túnica para cubrirse y caminar.

Wei WuXian le miró extrañado hasta que notó hacia dónde se dirigía Lan WangJi, pues el alfa había tomado asiento enfrente de una mesa baja y alargada, justo donde descansaba su Guqin. Esa noche Lan WangJi le había prometido tocarle un par de melodías con el instrumento, pero ni siquiera habían terminado de cenar cuando ambos empezaron a devorarse. Ocasionado que el instrumento quedará en el olvido.

Hasta ahora que aparentemente Lan WangJi tenía intenciones de tocar por lo menos una canción para WuXian.

El omega se envolvió con la fina sábana para llegar hasta el lado del Lan. Su cabeza se recostó en el hombro de este y sonrió.

—¿Tocarás por fin para mí?—preguntó en un susurro con diversión impregnada.

Lan WangJi asintió y dejó un rápido beso en la coronilla de WuXian. —Mn, espero te guste.

Sin esperar más tiempo las hábiles manos de Lan WangJi se movieron con elegancia y destreza sobre el instrumento, el sonar de las cuerdas inundó la habitación. La melodía estaba bien entonada y todas las notas entraban justo a tiempo, tan precisa y sublime.

Con el pasar de los minutos Wei WuXian comenzó a tararear, en ese punto conocía la melodía casi a la perfección. Sólo guardó silencio cuando llegó la parte del final, la cual aún no sabía. El sonido cálido pareció llenar su corazón y su ambiente ensoñador lo llevó a divagar diversos escenarios a lado de Lan WangJi.

Una deslumbrante sonrisa se posó en el rostro de WuXian una vez que la canción terminó.

—Fue hermoso, podría escucharte siempre—aseguró tomando una gran bocanada del olor a sándalo. —Además, esa canción me gusta mucho. ¿Cómo se llama?

Lan WangJi bajó su rostro para verlo. —¿Cómo crees que se llama?

WuXian se perdió un momento en los ambarinos ojos que le absorbían la vida entera.

—No lo sé —dijo en voz baja acercando su rostro al del alfa. —Debe de tener un nombre refinado seguramente, como todo lo qué se hace en GusuLan.

Quizás Lan WangJi tenía planeado tocar otra melodía, pero Wei WuXian no le dio el tiempo suficiente. Conociendo sus cuerpos a la perfección, el omega se colocó sobre las piernas de Lan WangJi para envolverlo en un abrazo por los hombros mientras exigía demandantes besos.

Era obvio que Lan WangJi haría caso a todas sus exigencias silenciosas, por lo que en un instante se impulsó acorralando el pequeño cuerpo contra el suelo. Sus labios se besaban con fuerza y las manos de Lan WangJi, que hace un segundo recorrían el guqin con destrezas ahora se pasaban por todo su cuerpo, acariciando a su antojo y provocándole sin vacilación.

WuXian intentó poner algo de fuerza para posarse sobre el Lan, pero este no se lo dejó tan fácil, al contrario, parecía aferrado a mantener al omega prisionero debajo suyo. El gitano se sostenía de los brazos de Lan WangJi, sintiendo cada músculo y la firmeza de estos. Un pequeño gemido se escapó de sus labios al sentir como el cuerpo de Lan WangJi le presionaba con más fuerza.

—Hablo en serio, ¿qué clase de entrenamiento haces?—dijo con voz entrecortada una vez que interrumpió su beso por un poco de aire. —Tu fuerza es tan monstruosa que asusta.

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora