C a p í t u l o - 2 3.

7.6K 1.2K 612
                                    

Los primeros rayos del sol comenzaban a salir por el horizonte, había una brisa fresca en el ambiente y el sonar de la vida apenas surgía. Por un pequeño sendero sólo se escuchaba el trote de un viejo buey tirando de una carreta. Un anciano sostenía las riendas mientras el omega de su lado le contaba cualquier cosa.

La noche que Wei WuXian escapó logró encontrarse con ese hombre en el camino que llevaba a las tierras Wen, al verlo solo y conociendo el carisma del gitano no tardó tanto en que el anciano le ofreciera su ayuda, alegando que un faltaba un gran tramo para entrar en territorio Wen. Con la adrenalina y viendo una ruta fácil de escape Wei WuXian aceptó agradecido.

Después de casi dos noches sus caminos se separaron, el omega bajó y acarició al animal.

—Gracias por su ayuda—dijo WuXian mientras le sonreía al anciano.

—No hay de que—la cara del hombre mayor le brindó de igual forma sonrisa mientras se despedía con la mano. —Ten cuidado, es muy peligroso que un omega ande solo.

WuXian asintió tratando de tranquilizarlo. —No se preocupe, sé cuidarme muy bien.

Después de eso el omega siguió adelante según el mapa que Wen Ning le había trazado, incluso el anciano le había ayudado un poco a orientarlo. Ahora, a los pies de una montaña lograba visualizar un pequeño pueblo a los lejos. Cansado, pero decidido empezó a subir.

El lugar era muy tranquilo y apenas había un par de puestos, según recordaba, Wen Ning había dicho que su hermana vivía en las últimas casas, al lado debía haber un gran árbol seco con pequeños dibujos tallados.

Casi como si se tratara de un loco, Wei WuXian examinó cada árbol seco que miraba, y sólo hasta la penúltima casa encontró lo que tanto buscaba. Estaba únicamente el tronco sin ramas, pero a un metro de altura se podían distinguir con claridad algunos dibujos de niños y flores.

—Estoy seguro que debe ser por aquí—murmuró dándole un vistazo a la casa de madera.

Tomando una bocanada de aire se aproximó hasta la puerta y golpeó un par de veces. El omega esperó un poco, pero nadie respondió. WuXian volvió a golpear por segunda vez con más insistencia. Por un momento pensó que no había nadie, pero justo antes de rendirse la puerta se abrió un poco mostrando el rostro impasible de una mujer.

La voz de la chica salió con firmeza. —¿Te puedo ayudar en algo?

Se notaba que era alfa, WuXian percibía un aroma fuerte, su presencia era ciertamente admirable y algo terrorífica.

Sin embargo, el omega se lo tomó con calma. —¿Wen Qing?

El entrecejo de la chica se frunció con intriga. —No te reconozco, ¿buscas algún remedio?

WuXian negó: —La verdad no, yo conozco a tu hermano Wen Ning y...

En ese instante la puerta de la casa se abrió en su totalidad, los ojos de la alfa están abiertos con sorpresa, ahora veían con más intensidad al gitano. —¿Quién eres?

—Mi nombre es Wei WuXian—se presentó el menor aliviado de ver que efectivamente por fin la había encontrado, la miró casi suplicante. —Necesito de tu ayuda, Wen Ning dijo que podía venir aquí.

Wen Qing claramente no terminaba de entender la situación, esta vez sus ojos escanearon con más detenimiento al omega, incluso le miró como olfateaba un poco en su dirección. Efectivamente podía percibir el lejano recuerdo del aroma de QiongLin sobre WuXian, pero no sólo eso, había un aroma insistente a alfa encubriendo un aroma más dulce y suave que revelaba algo muy importante, quizás no tan notorio, pero sí obvio para alguien como Wen Qing.

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora