C a p í t u l o - 1 8.

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—Está en espera—dijo el hombre con una amable sonrisa.

Wei WuXian abrió los ojos a más no poder. Quizás había escuchado mal, esa era una noticia que en verdad no veía venir.

—¿Qué?—debía rectificar lo que acababa de oír.

—Lo que escuchó, joven WuXian—el hombre se veía con evidente diversión por la sorpresa reflejada en el omega. En voz más alta repitió una vez más. —Se encuentra en espera.

WuXian balbuceó varias veces tratando de decir algo coherente. Al final sonrió enormemente, la noticia le sorprendió de sobremanera, y no podía negarlo, se había emocionado. —¡¿Pero cómo?!

En verdad quería saber cómo había ocurrido tal cosa. El hombre a cargo del establo rio. —Bueno, parece que su yegua pasó demasiado tiempo con el caballo del príncipe Lan WangJi.

WuXian simplemente sonrió y negó con diversión. Ese día había ido a ver a su yegua debido a que la práctica de espada se había aplazado para la tarde, así que pensó en cepillar al animal y distraerse contándole cosas sin sentido. Mientras le daba algunos bocadillos miró como el hombre que usualmente estaba al cuidado de ella se le acercó pidiéndole un minuto para darle una noticia. Parecía que apenas lo habían descubierto y estaban a punto de contárselo a Lan WangJi, sin embargo, el omega había aparecido antes en el lugar.

Dejando salir su felicidad, Wei WuXian comenzó a trenzar la crin del animal.

—¿Escuchaste eso Chenqing?—preguntó sonriendo de oreja a oreja. —¡Vas a ser mamá!

El día apenas comenzaba y pintaba a ser realmente bueno. Después de conversar y hacer unas preguntas al hombre WuXian se encaminó al harén para la hora de la comida. Ese día había descubierto muchas cosas, empezando por el hecho de que su yegua estaba preñada y que tardaría entre diez u once meses en dar a luz.

Wei WuXian aprendía poco a poco pequeños detalles que antes no se hubiera cuestionado. El gitano caminó más emocionado, deseaba encontrarse con Lan WangJi y contarle todo, incluso le pidió al jefe de los establos que no le mencionara nada al Lan, que él mismo daría la noticia.

Ese último acontecimiento había puesto muy de buenas a WuXian, pero esa alegría acabó en menos de un segundo cuando llegó al harén y notó la figura de Jin XuanYu hablando con otras de las concubinas. Sintió el sabor de acidez en su boca en cuanto lo miró, se preguntaba a qué había venido el joven príncipe si la comida estaba por comenzar, en todo el tiempo que el Jin había estado en el palacio de GusuLan jamás había estado en el harén a esas horas, ya que al ser un príncipe era invitado cordialmente a comer con el resto de la familia real Lan.

Ambos omegas intercambiaron una mirada en silencio, parecía que ninguno tenía ganas de cruzar palabras con el contrario, así que se mantuvieron alejados el uno del otro. Wei WuXian suplicaba en silencio que el príncipe se fuera pronto, pero su mala suerte le indicó que eso no sucedería, pues XuanYu tomó asiento en una de las mesas del harén cuando comenzaron a servir la comida. Dejando a la vista su descontento, el gitano se reunió con MianMian y Wen Ning, ni siquiera debían de preguntar qué le ocurría para saber que lo tenía de tan mal humor. La beta le murmuró algunas palabras pidiéndole que lo ignorara, ya que el príncipe Jin en realidad era muy tranquilo.

WuXian asintió tomando el tazón de sopa que le era ofrecido, quería creer que si comía quizás sería más fácil omitir su existencia. Pero el hecho de que Wen WuXian o Jin XuanYu no abrieran la boca no significaba que alguien más no lo fuera hacer.

—El príncipe XuanYu nos acompaña el día de hoy a la comida, es raro—dijo Wang LingJiao con palabras llenas de cizaña, evidentemente buscaba provocar alguna reacción en los presentes. —Pensé que estaría con la familia real, como todos los días.

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora