"Volviendo a Hogwarts"
La última semana de vacaciones fue tediosa. Como planeado, Ana se alojó en La Madriguera hasta el comienzo de clases, pero no fue tan vigorizante como hubiese creído en un momento. Por un lado, el señor Weasley jamás parecía estar en presente en su propia casa —consecuencias de trabajar en el Ministerio—, y tampoco Percy, pero Ana estaba un poco agradecida de aquello porque todavía no le perdonaba que hubiese hablado tan mal de Winky.
Por el otro lado, Harry les había contado a Ana, Hermione y Ron, escandalosas noticias: su cicatriz le había vuelto a doler. Claro, tal vez para Ana esas no eran exactamente noticias impactantes porque no tenía una idea de lo que podía significar. Sin embargo, luego de que le explicaron porqué le sucedía, se llevó un susto bien merecido. Porque si que le doliera la cicatriz significaba que Voldemort había tenido un tipo de contacto con Harry, eso era un gran problema. Desafortunadamente, Ana no pudo saciar su curiosidad demasiado porque el tema como vino se fue, y no se habló de él durante el resto de las vacaciones.
Pero para la suerte de Ana, eso no fue un problema para divertirse. Luego de enviarle una carta a su abuela —en la que claramente omitió todo lo sucedido en la Copa de Quidditch, y le rogó a Remus que no abriera la boca por la salud de su nana—, Ana había recibido noticias brillantes. Por un lado, Hilda le había agradecido enormemente que le hubiese enviado dinero, aunque también la había reprochado por gastar su propia alcancía en ella cuando no se debía verdaderamente preocupar, y le había asegurado que eso sería suficiente. Antes de que fuese al Callejón Diagon, Ana le había hecho prometer a Remus de que cambiara suficientes monedas por dinero muggle para llevarle a su abuela ya que se habían encontrado apretadas en la economía de Gran Bretaña últimamente. Además, solamente había tenido que comprar plumas y algunos ingredientes para Pociones ya que tenía todo lo demás, contando los libros que había tomado de Faith. No los de Remus porque al parecer él y los otros los habían usado para una última broma en el colegio, una historia que Ana no podía esperar a escuchar.
Y la segunda noticia que había oído de parte de su abuela, era más información de Dalia Mandel. Al parecer su familia se quedaría indefinidamente en Inglaterra, hasta que el trabajo de su madre cesara, así que le había dicho a Hilda su dirección para que Ana pudiese enviarle cartas hacia allí —un sentimiento de buen gusto pero que Ana debería ignorar porque ¿cómo le explicaría acerca del búho que le traía una carta? Mejor sería que la carta fuese enviada a su abuela y ella se la diese a la joven—, como también le había dado el día de su cumpleaños. Y para la sorpresa de Ana: era el dos de enero, como ella. Ana jamás había tenido una gemela de cumpleaños —aunque tal vez era porque siempre lo había celebrado el treinta y uno de octubre—, y se encontraba maravillada ante la noticia.
—Ana, aún te quedan un montón de cosas por guardar —señaló Hermione, arrodillada frente su baúl, ordenando sus pertenencias con cuidado.
Era el último día de vacaciones, y la señora Weasley los había mandado a ordenar sus equipajes para que al otro día partieran a la estación de King's Cross sin problema. Y mientras Ginny y Hermione guardaban sus libros, Ana se encontraba tirada en su bolsa de dormir, mirando el frasco donde se encontraban los cabellos que había arrancado de Pettigrew. Le había dado mucho asco tocarlos así que los encerró en el frasco, nunca queriendo tocarlos de nuevo.
ESTÁS LEYENDO
Hidden → Blaise Zabini
FanfictionAna vivió toda su vida bajo un gran secreto, escondida de lo desconocido e ignorando la verdad. ¿Qué hará cuando su realidad sea cambiada? El momento ha llegado y está preparada para encontrar la verdad, para hacer resurgir los secretos de la tumba...