"El cáliz de fuego"
La puerta del baño compartido del dormitorio que compartían las chicas de cuarto año de Gryffindor golpeó de una forma tan fuerte que Hermione se encogió en su lugar una vez que llegó a la puerta de la habitación, luego de perseguir a Ana insistentemente.
Luego de que Madame Pomfrey le hubiera contado que en efecto, el problema que había tenido desde pequeña de pérdida de memoria y sus episodios de disociación, había sido a causa de un encantamiento desmemorizante, el aire se había vuelto tenso.
Porque solamente había una persona en el mundo que había querido borrarle del mundo mágico para siempre, y esa persona se le había escapado de las manos —literalmente— el curso anterior.
Había estado tan acogida por las noticias, que no se dio un momento para siquiera respirar antes de salir rápidamente de la enfermería, perseguida por su amiga que simplemente quería que le respondiese. Su pecho le dolía, sus manos le picaban y su mirada se había nublado mientras viraba aturdidamente por los pasillos del castillo. Y una vez que había llegado al dormitorio, se había encerrado en el baño, tratando de esconderse de las miradas curiosas que la habían perseguido desde todo su viaje.
Su espalda se deslizó por la puerta que previamente había cerrado, y la que Hermione tocaba suavemente en el otro lado, a quien Ana ignoraba o simplemente no escuchaba.
No sabía qué sentir.
Por un lado sentía impotencia, rabia y puro odio. Se mordía la lengua mientras pensaba que Peter Pettigrew no se estaba pudriendo en la cárcel que tanto merecía vivir por toda su vida; y sentía rabia hacia Dumbledore porque no le decía de una vez lo que debía hacer con lo que había conseguido, le enojaba saber que el hombre tenía la respuesta pero no se dignaba a compartirla. Tenía catorce años, no era una maldita detective. Finalmente, sentía tanto odio hacia Pettigrew por lo que le había hecho que quiso gritarlo a los cuatro vientos mientras rompía aquella maceta que Neville le había regalado a Lavender para su cumpleaños y con la que ella había decorado el baño para darle un toque de color. Pero no, sería grosero romper las pertenencias de otros.
Aunque eso no significó que no pudiese agarrar su propia toalla y la mordiera pera desahogar su furia.
Y, luego, aunque fuese un pensamiento sorprendente, se sentía aliviada. Tremendamente.
Desde que había sido una niña había tenido estos síntomas que ningún profesional había podido terminar de descifrar. Cada médico le sugería que fuese a ver a otro, y a otro, y a otro... pero nunca nadie supo qué era lo que estaba mal. Le habían dado cientos de respuestas: "Su hija sufre de un trastorno disociativo no especificado...", "Te debes de haber golpeado la cabeza, corazón" o simplemente habían descartado la idea de que algo estuviese mal, diciéndole a su padre que debía de estar mintiendo para no ir a la escuela, como cualquier niño pequeño. Que era normal que los niños inventasen síntomas como excusa.
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Hidden → Blaise Zabini
FanfictionAna vivió toda su vida bajo un gran secreto, escondida de lo desconocido e ignorando la verdad. ¿Qué hará cuando su realidad sea cambiada? El momento ha llegado y está preparada para encontrar la verdad, para hacer resurgir los secretos de la tumba...