𝐬𝐢𝐱𝐭𝐲 𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭

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"Desconocido peligroso"

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"Desconocido peligroso"

La segunda parte del examen de Astronomía fue un completo desastre. No solo por el hecho de que la cabeza de Ana se encontraba aún en el persistente recuerdo de los labios de Blaise y no en Venus, sino también por el hecho de que hubo un espantoso enfrentamiento en la cabaña de Hagrid. Umbridge junto a cinco miembros del ministerio acorralaron a Hagrid en su propia cabaña en la mitad de la noche y trataron de aturdirlo hechizo tras hechizo, en lo que solo resultó en la aturdimiento de la profesora McGonagall —con cuatro rayos aturdidores— y a Fang, con solo uno. Hagrid terminó por escapar de las garras de Umbridge por tan solo poco.

Durante el examen de Historia de la Magia, Ana tuvo el corazón escondido entre las mangas de su túnica. Sus pensamientos estaban desparramados por todos lados y se arrepentía de haber estado tan confiada el día anterior, ya que veinte minutos en el examen escrito y no había escrito palabra alguna. Haber repasado cinco horas aquella mañana en definitiva no había surgido efecto.

Cuarenta minutos después, Ana había avanzado en su pergamino, pero su mente parecía una rebelión en sí: Blaise. Hagrid. Blaise.Asamble Medieval. Blaise. Rebelión de duendes...

Un grito espeluznante.

Ana soltó su pluma, cuya tinta hizo una mancha oscura en la mesa al caer y sostuvo el pergamino de su examen para que no sufriera el mismo destino. Aún sentía el escalofrío de haber escuchado aquel grito desgarrador, y segundos después se dio cuenta de que reconocía aquella voz. Había sido Harry.

Cuando se dio media vuelta para ver dónde su amigo se encontraba y descubrir qué era lo que había sucedido, Ana se dio cuenta de que estaba demasiado alejada para siquiera ver un destello de él. Solo lo vio cuando el profesor Tofty lo tomó en sus brazos y caminó con él hacia el vestíbulo de manera preocupada.

Al tener un nuevo problema en qué preocuparse, Ana hizo lo posible para terminar aún más rápido su examen y se dedicó a aquellos quince minutos a escribir más de lo que sus manos habían hecho en esa hora. Terminó la última pregunta con un calambre en la mano, tinta en sus dedos y la roja marca de la pluma en su piel.

—Hay que encontrar a Harry —espetó Hermione preocupada cuando los tres salieron por el umbral hacia el vestíbulo. Ana y Ron asintieron con fervor.

Su búsqueda no tardó en dar frutos, ya que una vez que corrieron hacia las escaleras para ir a buscarlo, Harry se detuvo en el escalón de arriba.

—¡Harry! —exclamó Hermione enseguida—. ¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras bien? ¿Estás enfermo?

—¿Dónde estabas? —inquirió Ron.

—Nos has asustado a lo grande... —murmuró Ana preocupada.

—Vengan conmigo —contestó Harry—. ¡Vamos, tengo que contarles una cosa!

Los guió por el pasillo del primer piso mientras asomaba la cabeza en varias aulas hasta que al final les dijo que entraran a una; una vez que Ana, Hermione y Ron hubieran entrado, Harry entró y cerró la puerta detrás suyo. Se apoyó en la puerta y miró a sus amigos.

Hidden → Blaise ZabiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora