𝐭𝐡𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐟𝐨𝐮𝐫

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"Oh mis dragones"

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"Oh mis dragones"

Lo primero que sintió Ana al levantarse el domingo por la mañana, fue un dolor agudo de espalda y en su rodilla. Luego se dio cuenta de que su boca se encontraba tan seca como su piel. Estaba demasiado segura de que había babeado al dormir.

Pestañeó varias veces para acostumbrarse a la luz del día que se había filtrado por las cortinas de su cama y dejó salir un quejido al levantarse. Se frotó los ojos con sus manos y luego frunció el ceño mientras levantaba su pantalón de pijama para ver el golpe que se había formado en su rodilla. La rodilla se había tornado de un color verde y violeta, haciendo un gran contraste con su piel pálida y pecosa.

Pasó suavemente un dedo sobre la herida pero antes de que pudiese quejarse nuevamente, escuchó su nombre.

—Ana, no encuentro mi peine, ¿me podrías prestar el...?

Parvati se había acercado a su cama y había abierto las cortinas color bordó para poder mirar a Ana cara a cara, pero solamente una expresión de horror pasó por el rostro de Parvati al verla.

—Oh, Merlín, no te preocupes. Es evidente que tú lo necesitas más urgentemente que yo.

¡Parvati! —dijo Lavender en el otro lado de la habitación, y Ana se encogió en su lugar mientras la chica se acercaba—. No puedes ser así de brusca con los demás porque no se levantan tan perfectamente como tú, seguro que... ¡oh no!

Lavender había llegado a la cama de Ana y se había tapado su boca con horror.

—Ana, te ves terrible...

—Uau... —murmuró con incredulidad Parvati mirando a su amiga—. ¿Qué me decías?

Lavender la ignoró y tomó el rostro de Ana en sus manos redondas.

—Estás en un urgente necesitado de un día de relajación, Ana. Mira esos pómulos, tus labios están más secos que el Sahara... ¡y tu cabello! No solo está seco y necesitando de un corte, pero... ¿es que eso es un parche de cabello blanco?

Ante el jadeo de terror en Lavender, Hermione tuvo que intervenir, yendo a su lado.

—Déjenla estar, se ve bien —suspiró la chica y se cruzó de brazos—. Lo qué sí tiene que hacer Ana es apurarse porque necesitamos hacer un plan para la primera prueba.

Ante ello, Lavender miró a Hermione como si se encontrase demente.

—¿Qué? Hermione, por favor, Ana necesita un descanso. Es obvio que está estresada.

—No hay tiempo para eso, y además...

—Lavender —Ana cortó a Hermione y miró a Lavender con cansancio—, gracias, en serio... pero probablemente me tenga que poner a trabajar como dijo Hermione.

Hidden → Blaise ZabiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora