Capítulo 14

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Michelle

¿Han escuchado ese dicho que dice que después del sol sale la tormenta? ¿Era así o al revés? Bueno, no importa.

La cosa es que ayer la pase súper con los papás del Juano y sus hermanos —mis suegros y cuñados, ah—, también me quede a dormir allí y fue tranquilo, no pasó nada con el Juano pa que no piensen cosas.

Su mamá nos hizo el desayuno en la mañana y después el Juano me fue a dejar al castillo, aquí comienza lo malo.

Cuando entre a la casa la primera persona en recibirme fue mi hermosa y adorada mamá, me empezó a retar porque no le había avisado que no iba a llegar y ahora estamos discutiendo —pan de cada día—

—Es el colmo, Michelle, no te puedes desaparecer así nomás —grito mi ama apenas entre en la cocina

Menos mal no había nadie más adentro sino escucharían en chousito que está haciendo mi vieja. Here we go again.

—Te dije que iba a salir y que quizás llegaba ese día, pero como siempre no me escuchaste —aprieto las manos antes de que me ponga a gritar— y no sé de qué te preocupai, solo sali con la Lou y después de quede en la casa del Juano

—Sí claro, a hacer dios sabe que

—Solo me quede a dormir allí, como todas las otras veces, que tu no me creas no es mi problema

—No soy tonta, se perfectamente que cada vez que vas para allá es para drogarte hasta que quedai tirada en el piso con tus amigos, sin mencionar que también venden esas weas

—Y ahora los metes a ellos —me paso las manos por la cara— de verdad que es imposible poder hablar contigo, diga lo que diga nunca me crees y ¡Después te andai quejando de que no te cuento ninguna wea mía!

—A mí no me hablas en ese tono, cabra insolente, a mí me respetas porque soy tu mamá

—Estai exigiendo algo que ni tú me das, no sé qué wea esperai

—Claro, y ahora soy yo la mala del cuento, ¿Verdad? —juro que la vi echar humo por la nariz— ¿Sabes qué? Has lo que querai, si terminas algún día muerta en una zanja con tus amigos, no esperes que te ayude

—Pues adivina que, prefiero mil veces morir con ellos en una zanja a que seguir viviendo contigo, porque veo que te importo una mierda —aprieto las manos más fuerte, pero no evita que pegue un grito— ¡Aparte, tampoco es como si esperara tu ayuda culia! ¡Se nota de lejos que te importo un pico!

Justo después de decir eso, sentí su mano pegarme en la cara.

Luego de recibir el golpe me puse la mano en el cachete y me reí. Sí, va sonar como si fuera una loca o algo, pero no me voy a poner a llorar por algo como esto.

—Vaya —sigo riéndome, pero esta vez sonó más irónica— felicidades, Karen, te aganaste el premio a la mamá del año, por décimo sexta vez consecutiva

Salgo de la cocina antes de que me responda. Subí a mi pieza, cerré la puerta con pestillo y me tira a la cama.

Tomo uno de los cojines y empiezo a pegarle, después me lo pongo en la cara y pego el medio grito. Cuando recupero el aire abrazo el cojín y empiezo a llorar.

La wea sonará muy cliché, pero llore hasta que me quede dormida. Hasta que caí en los brazos de Morfeo, ah.

.*♡。☆

Por primera vez en toda mi existencia amo que sea lunes —yupi—

Desde la pelea con mi mamá, que termino como las weas por cierto, los cosas en el castillo están demasiado tensas. Ninguna de las dos nos hablamos y con leceo nos miramos.

Entre cuicos [Chilena] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora